El 2025 se consolidó como un año de contrapeso en la geopolítica de América Latina, con un claro giro hacia la derecha en varios países de la región, reflejo del desgaste de los gobiernos progresistas y del ascenso de nuevas fuerzas políticas conservadoras y de extrema derecha.
Este reacomodo se confirmó ayer en Chile, donde el candidato José Antonio Kast, militante del Partido Republicano y referente de la extrema derecha, ganó la segunda vuelta presidencial con una ventaja de más de 16 puntos sobre la candidata de izquierda Jeannette Jara.
El triunfo de Kast representa la llegada al poder de un político identificado con el pinochetismo, algo que no ocurría desde el retorno a la democracia en 1990, y supone además un duro golpe para la izquierda chilena, que gobernó el país durante los últimos cuatro años.

Tres victorias clave de la derecha en 2025
La elección en Chile se suma a otros dos procesos electorales relevantes ocurridos este año en la región. En Ecuador, el triunfo fue para Daniel Noboa, mientras que en Bolivia, la presidencia fue obtenida por Rodrigo Paz. Con ello, la derecha política concretó su tercer triunfo electoral clave en 2025.
Hasta antes de este año, la izquierda latinoamericana gobernaba 12 países.}
Con estos últimos resultados, la derecha ganó terreno frente a los gobiernos progresistas, que hoy permanecen al frente de nueve países, entre ellos México, en un contexto donde se percibe un menor atractivo electoral hacia los proyectos de izquierda.
Países que mantienen gobiernos de izquierda o autodenominados progresistas:
Fuente: Elaboración propia de Meganoticias
Chile se suma al bloque conservador
Con la victoria de Kast, Chile se incorpora ahora al grupo de países gobernados por la derecha, que alcanza diez presidencias en América Latina, una inclinación significativa en la balanza política regional.
Países latinoamericanos gobernados por la derecha o fuerzas conservadoras:
Fuente: Elaboración propia de Meganoticias
El desgaste del "viejo sistema" y el auge de liderazgos radicales
Analistas coinciden en que, frente a los partidos tradicionales, han surgido plataformas de activismo político más agresivas, renovadas y contestatarias, encabezadas por figuras polémicas y radicales como José Antonio Kast, Javier Milei o Nayib Bukele.
Sus propuestas de ruptura han sido bien recibidas por un electorado que busca romper con el "viejo sistema" y que aspira a cambios drásticos para erradicar problemas estructurales como la corrupción, la inseguridad y la crisis económica.
Preocupación en la izquierda latinoamericana
Este nuevo escenario genera preocupación entre los gobiernos progresistas. Al respecto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó que el triunfo de la ultraderecha en Chile representa "un momento de reflexión para los movimientos progresistas en América Latina".
La advertencia cobra mayor relevancia ante la falta de una izquierda homogénea en la región. El propio Gabriel Boric, quien entrega la presidencia a Kast, tomó distancia de regímenes autoritarios como los de Venezuela y Nicaragua, considerados por diversos sectores como de "extrema izquierda".
A ello se suma el reconocimiento del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien admitió este fin de semana la grave situación económica de su país y la existencia de un descontento social generalizado, aunque sin ofrecer soluciones inmediatas, apelando únicamente a más "trabajo intenso", lucha y resistencia.
El giro político de 2025 deja así a América Latina en un escenario de reconfiguración ideológica, con una derecha fortalecida y una izquierda obligada a replantear su rumbo.