Cada vez son más vistos los scooters eléctricos, los cuales se han convertido en una alternativa de micromovilidad, su crecimiento responde a las deficiencias del sistema de transporte público, caracterizado por unidades insuficientes, tiempos de espera prolongados y una cobertura que no siempre satisface las necesidades de desplazamiento de los usuarios.
"Si nosotros empezamos a ver scooter moviéndose en la ciudad es un síntoma de que el sistema de movilidad y de transporte no está resolviendo la necesidad de las personas (...) lo que tienen que regular tanto los municipios como el estado es de que estos puedan transitar de forma segura", así lo explica Gisela Méndez, especialista en temas de movilidad.
Sin embargo, también es común observar conductas imprudentes por parte de algunos usuarios de scooters, lo que puede generar riesgos en la vía pública.
Esto representa una alerta para las autoridades sobre la necesidad de regular estos nuevos sistemas de transporte, ya que la normativa resulta obsoleta para atender las dinámicas de movilidad actual.
"Es importante que las personas que utilicen scooters se hagan visibles en las calles y por eso existen chalecos antireflejantes porque muchas veces nos ha tocado ver personas que van con scooters con ropa oscura, mochilas en vialidades centrales y sin luz".
Ante la nula regulación, quienes utilizan los scooters pueden ir por las ciclovías, aunque también existen deficiencias.
"Pero podríamos compararlos un poco como está regulado la bicicleta, al final son vehículos que no superan los 20 kilómetros por hora es una velocidad bastante baja pero también por su condición llegan a poner en riesgo la integridad física de las personas que los conducen".
Mientras las autoridades no actualicen la normativa ni implementen soluciones que hagan el transporte más eficiente y seguro, la ciudadanía seguirá usando alternativas, exponiendo a los usuarios a riesgos y dejando en evidencia la urgencia de repensar la movilidad urbana.