El cónsul de México en Miami, Rutilio Escandón, informó que entrevistó a más de 30 mexicanos detenidos en el centro de detención migratoria conocido como Alligator Alcatraz, ubicado en medio del humedal de los Everglades en Florida.
Esta cifra supera el doble de los 14 mexicanos estimados previamente por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Escandón, quien fue el primer diplomático en visitar este nuevo centro tras su apertura el 3 de julio, explicó en sus redes sociales que acudió para verificar que los connacionales estuvieran en condiciones sanas e higiénicas. También confirmó que tienen acceso gratuito para comunicarse con sus familias.
Según personal de protección consular, la mayoría de los mexicanos detenidos no tienen antecedentes criminales. Fueron trasladados al centro principalmente por conducir sin licencia o no portar documentos migratorios mientras se desplazaban en vehículos de trabajo.
El cónsul advirtió que no permitirán ninguna restricción a los derechos humanos de los mexicanos detenidos. "No permitiremos ninguna restricción referente a los derechos humanos de los connacionales detenidos", afirmó.
La visita al centro ocurre luego de la polémica detención de los hermanos Carlos Martín y Óscar Alejandro González-Meza, arrestados el 7 de julio por la Patrulla de Carreteras de Florida y enviados a Alligator Alcatraz. Uno de ellos cuenta con visa de turista y el otro está casado con una ciudadana estadounidense. Ambos ya regresaron a México.
El centro, ubicado en un aeropuerto abandonado en medio de los Everglades, una zona natural con caimanes, pantanos y serpientes, se ha convertido en un punto clave para las operaciones migratorias del Gobierno de Estados Unidos en Florida. El gobernador Ron DeSantis informó que hasta 500 migrantes han sido deportados en vuelos desde este lugar.
En los últimos días, decenas de activistas y familiares de migrantes han protestado frente a Alligator Alcatraz. Denuncian que es un "campo de concentración" y una "jaula para perros", donde se ha documentado la detención de mil personas desde su apertura, y al menos seis han requerido hospitalización.
La situación en este centro ha puesto en alerta a organizaciones defensoras de derechos humanos, que exigen condiciones dignas para los migrantes y mayor vigilancia internacional sobre las prácticas de detención en Estados Unidos.