Elementos del Ejército Mexicano, policías estatales y agentes de la Fiscalía vigilan el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses donde se encuentran los cuerpos de las siete personas que perdieron la vida al desplomarse una avioneta en el municipio de Quitupan, el pasado 22 de diciembre.
Aunque la Fiscalía del Estado informó que hasta el momento los cadáveres no han sido identificados oficialmente por sus familiares, fuentes extraoficiales señalan que uno de los fallecidos es familiar de un líder de un grupo delictivo que opera en Tepalcatepec, Michoacán. El día del accidente la aeronave despegó de La Parota, en el vecino estado y se desplomó cerca de la comunidad de Palo Verde, Quitupan, en los límites con Mazamitla. Se informó que los fallecidos son cinco hombres y dos mujeres. El reconocimiento de los cuerpos se ha complicado por la calcinación que presentan y que requieren pruebas de ADN para identificarlos. Autoridades rechazaron versiones que personas armadas intentaran robar los cuerpos, rumor que se generó el miércoles por la tarde, y mencionaron que la vigilancia es meramente preventiva.