La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este viernes que la salida de la empresa energética española Iberdrola del país no se debe a ningún conflicto con el Gobierno mexicano, sino a una decisión empresarial orientada a enfocar sus inversiones en Europa.
Según explicó, Iberdrola ganó un concurso internacional y decidió destinar la mayor parte de su capital a ese nuevo proyecto.
Con esta salida, el grupo español de energía y agua Cox comprará la filial mexicana de Iberdrola por 4 mil 170 millones de dólares, una cifra que incluye tanto la deuda financiera neta como la participación de accionistas minoritarios. La operación se concretará entre el cuarto trimestre de 2025 y el primero de 2026.
Sheinbaum destacó que Cox planea una inversión total de 10 mil 690 millones de dólares en México entre 2025 y 2030. Esto incluye la compra de Iberdrola, más 4 mil millones en nuevos activos energéticos y mil 500 millones en concesiones de agua, lo que, dijo, representa un compromiso sólido con el desarrollo del país.
La presidenta también subrayó que la empresa Cox no solo se enfoca en electricidad, sino que también participará en proyectos de agua y otros sectores estratégicos. Además, aseguró que la compañía está de acuerdo con las reglas actuales del sistema eléctrico mexicano, donde el 54% de la energía es generada por el Estado y el 46% por el sector privado.
Con esta adquisición, Cox controlará el 25% del mercado energético en México, además de suministrar más de 20 teravatios por hora (TWh) a más de 500 grandes clientes. Esto la convierte en uno de los principales actores privados del sector energético en el país.
Una parte importante del acuerdo es que Cox mantendrá en su plantilla a más de 800 trabajadores que formaban parte de Iberdrola en México, garantizando así la continuidad operativa y laboral en las plantas y oficinas que ahora cambiarán de propietario.
Por último, Sheinbaum celebró que la llegada de Cox no solo fortalece el sector energético, sino que también refuerza la confianza de inversionistas extranjeros en México. Según la mandataria, este tipo de acuerdos demuestran que es posible atraer inversiones importantes sin comprometer la soberanía energética ni las reglas establecidas en el país.