Cárceles poblanas: Sobrepoblación y abandono

Aunque el artículo 18 de la constitución señala que el propósito de las prisiones es lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y que este no vuelva a delinquir, en algún punto de nuestra historia esto se tergiverso pues estas instituciones se volvieron el lugar donde abandonar a los presos a su suerte.

Muestra de ello se documentó en el análisis "Cárceles en México ¿Para que?" donde se menciona que tan sólo en 2011 el 96.4% de las sentencias establecieron la cárcel como pena.

Este efecto se ha visto reflejado en Puebla, pues hoy el penal de San Miguel, de la capital, opera al 97.5% de su capacidad, con apenas 84 espacios disponibles para nuevos reclusos, a pesar de haber tenido una ampliación en 2023.

Pero este no es el peor caso, el Penal de San Pedro Cholula es el que presenta mayor sobrepoblación, con capacidad para 159 reos este alberga a 474, casi 3 veces más, situación que ha llevado a las autoridades a optar por la construcción de un nuevo reformatorio.

Y en la misma situación se encuentran el penal de Huejotzingo con una población de 223 presos y capacidad para 117, Acatlán y Libres que duplican la población permitida.

La situación de nuestras cárceles tiene consecuencias, la UNAM señala que esto vulnera diferentes derechos entre los que se encuentra: El derecho al debido proceso, a la seguridad jurídica, dignidad e igualdad, entre otros.

AsiLegal, organización civil asegura que en la actualidad dos de los factores de la sobrepoblación son la ampliación de delitos que conllevan prisión preventiva oficiosa y adivine qué, el periodo de campaña de los aspirantes a un cargo en el poder judicial, pues esto hizo que los juzgadores dejaran de lado sus actividades.

El sistema penitenciario necesita ser reformado desde sus raíces, adoptar nuevas estrategias y garantizar los derechos de los presos, para dejar de ser un campo de batalla con rejas y por fin cumplir con su objetivo: la reinserción social.