Del sueño al silencio: El feminicidio de Liliana

La historia de Joselin Liliana no comienza en un carrito de supermercado. Empieza en una joven proveniente que soñaba con portar un uniforme, servir y proteger, creía en la ley y aun así, terminó asesinada.

El 17 de octubre, vecinos de la colonia El Carmen reportaron una escena escalofriante: un carrito de supermercado abandonado, dentro, el cuerpo de una joven mujer.

Estaba en ropa interior, con huellas claras de violencia, la fiscalía confirmó que murió por asfixia. La carpeta fue abierta bajo protocolo de feminicidio.

La forma en que dejaron su cuerpo fue un mensaje. Un detenido resultó ser una persona en situación de calle, ajena al crimen, mientras los verdaderos responsables continúan libres.

Durante meses no tuvo nombre. Fue "la joven del carrito", una vida reducida a un expediente más. En diciembre, por fin se supo quién era: Joselin Liliana Vázquez García, tenía 24 años, era de Tijuana y vivía en Puebla buscando un futuro mejor. Nadie fue por ella. Su cuerpo permaneció en el Semefo.

Joselin estudiaba criminología, anhelaba ser parte de la Guardia Nacional, quería estar del lado de la ley, no convertirse en parte de la estadística de violencia.

Estaba decidida, hablaba de su ingreso, buscaba cumplir cada requisito, incluso comenzó a borrar sus tatuajes para poder postularse, ella soñaba con proteger a otros, pero nadie la cuidó a ella.

Hoy su nombre ya no está perdido, pero la herida sigue abierta. En Puebla, la violencia contra las mujeres no descansa: 22 carpetas por feminicidio siguen abiertas. No son cifras, son vidas que ya no están, voces que fueron apagadas? y familias que siguen esperando justicia en silencio.

Hoy, Joselin tiene nombre, tiene historia, tiene memoria, lo que aún no tiene? es justicia,