En tan sólo 4 días el estado de Puebla registró el hallazgo de cerca de 15 cuerpos abandonados en zonas rurales con signos de violencia extrema. Los municipios de Cañada Morelos y Nopalucan son los protagonistas de estos hechos macabros.
Lunes 1 de diciembre: Campesinos que caminaban cerca de la barranca de la comunidad de San Miguel Cuesta Chica, de Cañada Morelos, descubrieron al fondo el cuerpo de un hombre que los llevó a pedir el auxilio de las autoridades, mismas que al arribar al lugar se encontraron con una espeluznante escena.
Además del cuerpo fueron localizadas 16 bolsas que contenían en su interior restos humanos, en algunas encontraron torsos, en otras más cabezas, brazos, situación que complicó determinar una cantidad exacta de víctimas, que se estiman serían entre 6 y 8.
"No tenemos confirmado cuánto es solamente que son restos óseos por eso no podemos cuantificar ni podemos dar una cifra de cuerpos porque parece ser que ya tienen mucho tiempo que tienen estos restos ahí" FRANCISCO SÁNCHEZ/ TITULAR DE LA SSP
La SSP concluyó que esta barranca era usada desde tiempo atrás como un tiradero clandestino de cuerpos.
Miércoles 3 de diciembre: Un hombre que caminaba por un camino rural entre los límites de San Pablo Zitlaltepec, Tlaxcala y Nopalucan de la Granja, Puebla encontró restos humanos en avanzado estado de descomposición que comenzaban a ser devorados por la fauna silvestre del lugar.
El descubrimiento movilizó a autoridades de ambos estados que señalaron que se trataría de alrededor de 7 cuerpos, todos de masculinos, que presentaban signos de violencia y en algunos casos amputaciones de extremidades, las investigaciones quedaron a cargo de la FGE de Puebla.
Un día más tarde trascendió que entre las víctimas se encontraban José Luis, Cesar y Antonio N, reportados como desaparecidos en el municipio de Tepeaca y quienes habrían sido asesinados en el estado vecino de Tlaxcala, pues fuentes señalan que en ese estado fue asegurada una camioneta en la cual se encontraron las identificaciones de los 3 varones.
Una de las líneas de investigación en este caso es una disputa territorial entre grupos dedicados al huachicol en esta zona.
Los últimos cuatro días dejaron claro que los grupos delictivos están disputando territorio sin freno. La violencia ya no se oculta: se deposita en barrancas y caminos rurales como un mensaje. La respuesta, ahora, está del lado de las autoridades.