En México, los menores de edad que son reclutados por organizaciones criminales son "víctimas de un sistema roto que les ha fallado", denunció la ONG Reinserta
La organización llamó a las autoridades a abordar las causas profundas de este fenómeno, que considera "muy doloroso", mediante políticas sociales y educativas que otorguen alternativas reales a la juventud vulnerable.
Saskia Niño de Rivera, cofundadora de la ONG, explicó que detrás de cada menor involucrado en la delincuencia hay historias de abandono, exclusión y falta de oportunidades, sumadas a la ausencia del Estado.

"Se trata de una deuda histórica con la juventud", subrayó durante la presentación en Ciudad de México del libro ¿Cómo no ser un halcón?, que se centra en la prevención del reclutamiento infantil
Casos recientes y cifras alarmantes
La problemática se refleja en casos recientes, como el asesinato del exalcalde de Michoacán, Carlos Manzo, el pasado 1 de noviembre. Según la ONG, el presunto responsable fue un menor de 17 años, lo que evidencia que hechos de este tipo no son aislados, sino parte de una tendencia creciente.
Reinserta estima que alrededor de 250.000 menores en México están en riesgo de ser reclutados debido a factores como la desestructuración familiar, el consumo de drogas o la normalización de la violencia desde edades tempranas.

Frente a esta realidad, la organización pidió a los actores políticos dejar de politizar la seguridad y los derechos humanos y centrarse en respuestas que combinen justicia, desarrollo social y educativo, como las medidas anunciadas por el Gobierno federal tras el asesinato de Manzo para fortalecer la seguridad en Michoacán
Historias de resiliencia: salir del crimen y reconstruir la vida
Durante la presentación del libro, un joven identificado como Rolando (nombre ficticio) relató su experiencia.
Reclutado a los nueve años en un orfanato, fue sometido a un proceso de adiestramiento que, según sus palabras, buscaba moldear y envenenar la mente para crear sicarios desde la infancia.
Pese al daño sufrido, Rolando logró salir de esa dinámica tras ser detenido a los 16 años. "Gracias a Dios que me encerraron... Retomé la esperanza dos años antes de salir libre", contó, destacando la posibilidad de construir una vida diferente a pesar del entorno que lo marcó.

El testimonio busca poner rostro humano a la crisis del reclutamiento infantil y resaltar la necesidad de medidas preventivas, educativas y de protección social que ofrezcan alternativas reales a los menores en riesgo