La reciente decisión de la Casa Blanca de restablecer los nombres originales de varias bases militares estadounidenses, que anteriormente rendían homenaje a figuras de la Confederación, ha generado una fuerte reacción entre los líderes de las minorías en el Congreso
Los presidentes del Tri-Caucus -Grace Meng (Caucus Asiático y Pacífico Americano), Yvette Clarke (Caucus Negro del Congreso) y Adriano Espaillat (Caucus Hispano del Congreso)- expresaron su rechazo a la medida, argumentando que representa un retroceso en los avances hacia una mayor inclusión y reconocimiento de la diversidad dentro de las Fuerzas Armadas.
Estos legisladores subrayaron que el proceso de cambio de nombres, llevado a cabo en 2023 bajo la administración de Joe Biden, fue el resultado de un análisis exhaustivo por parte de una comisión independiente y bipartidista.
Dicha comisión seleccionó nuevos nombres en honor a personas que se distinguieron por su servicio y compromiso con el país, muchas veces superando obstáculos derivados de la discriminación racial o étnica.
Una de las bases afectadas es el Fuerte Cavazos, renombrado en honor al general Richard E. Cavazos, el primer hispano en alcanzar el rango de general de cuatro estrellas en el Ejército de EE.UU. Para los congresistas, su legado representa romper barreras y ser un ejemplo para las futuras generaciones militares.
La propuesta de revertir estos cambios fue anunciada por el expresidente Donald Trump el 10 de junio, quien planteó la posibilidad de restaurar los nombres originales de siete bases o, en su defecto, rendir tributo a otros militares estadounidenses con el mismo apellido.
Esta iniciativa ha sido interpretada por los líderes del Tri-Caucus como un intento de volver a honrar a personajes que defendieron la secesión y la esclavitud, valores que consideran incompatibles con los principios actuales de igualdad y justicia.
Los legisladores hicieron hincapié en que muchos de los nuevos nombres corresponden a personas que sirvieron con valentía en un país que, en ocasiones, no les ofreció igualdad de trato.
Destacaron que estos hombres y mujeres no solo demostraron competencia y liderazgo, sino que también abrieron caminos para otros, convirtiéndose en referentes para las comunidades que históricamente han enfrentado exclusión.
La polémica sobre los nombres de las bases militares estadounidenses tiene raíces profundas en la historia del país
Durante décadas, varias instalaciones llevaron nombres de generales confederados, una práctica que comenzó en la primera mitad del siglo XX, en parte como un gesto de reconciliación tras la Guerra Civil.
Sin embargo, en los últimos años, la presión para eliminar símbolos asociados con la Confederación y la esclavitud ha crecido, impulsada por movimientos sociales y una mayor conciencia sobre el impacto de estos homenajes en la memoria colectiva.
La Confederación, formada por once estados del sur que defendían la esclavitud, fue derrotada por la Unión en 1865.
Aunque la guerra terminó hace más de 150 años, el debate sobre cómo recordar ese pasado sigue vigente, especialmente en instituciones como el Ejército, donde los símbolos y los nombres tienen un peso significativo en la cultura organizacional y la percepción pública