La reciente deportación de Heidy Sánchez Tejeda, madre cubana residente en Tampa, ha provocado un fuerte reclamo público y político en Estados Unidos
La congresista Kathy Castor, representante demócrata por Florida, exigió al presidente Donald Trump que permita el retorno inmediato de Sánchez, quien fue separada abruptamente de su esposo y su hija de un año, ambos ciudadanos estadounidenses, tras acudir a una cita rutinaria con las autoridades migratorias.
Castor calificó la acción como una injusticia grave, señalando que la separación fue tan repentina y dolorosa que la bebé, aún en periodo de lactancia y con problemas de salud, tuvo que ser hospitalizada.
La legisladora subrayó que la madre cumplía con todas las exigencias del proceso migratorio y no tenía antecedentes penales, por lo que considera inaceptable que fuera enviada a Cuba, un país donde enfrenta condiciones adversas y restricciones severas.
La congresista envió una carta al presidente Trump en la que denuncia la deportación como un acto cruel y contrario a los valores estadounidenses, recordando que la familia tiene derecho a ser tratada con dignidad y a recibir un proceso justo
Castor también recalcó la necesidad de otorgar un permiso humanitario que permita la reunificación familiar en Tampa, enfatizando que la salud de la menor depende de la presencia de su madre.
El caso ha generado una ola de solidaridad y presión social.
Más de dos mil personas han firmado una petición en la plataforma MoveOn, impulsada por la abogada Claudia Cañizares, para pedir el uso de recursos humanitarios que permitan el regreso de Sánchez.
La campaña destaca que la hija de la pareja fue concebida tras un largo proceso de fertilidad, padece convulsiones frecuentes y requiere cuidados maternos, lo que agrava el impacto de la separación
Carlos Yuniel Valle, esposo de Sánchez, ha manifestado públicamente su angustia y ha pedido apoyo a otros legisladores, cuestionando la falta de respuesta de figuras como la congresista María Elvira Salazar.
Valle insiste en que su esposa no representa ningún peligro y denuncia el sufrimiento que la familia enfrenta desde la deportación.
El proceso migratorio de Sánchez se vio interrumpido de manera inesperada cuando su cita de control con ICE fue adelantada y, sin previo aviso, fue detenida y deportada.
Según la abogada Cañizares, situaciones similares han recibido prórrogas por razones humanitarias, lo que hace aún más inexplicable la decisión en este caso
Organizaciones civiles, líderes comunitarios y representantes políticos continúan pidiendo una respuesta rápida de la Casa Blanca.
Mientras tanto, Heidy Sánchez permanece en Cuba, enfrentando la incertidumbre y las dificultades de estar lejos de su familia, mientras la presión social y política en Estados Unidos crece para lograr su pronto regreso.