Docentes de distintos niveles educativos desde secundaria y preparatoria hasta universidades y programas de posgrado han detectado un incremento notable en el uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) para elaborar tareas, ensayos y hasta tesis completas.
Encuestas académicas revelan que 92 % de los estudiantes ha utilizado IA generativa durante el ciclo escolar, mientras que el 88 % reconoce que la ha usado para trabajos que reciben calificación. Además, un estudio reciente señala que el 48 % de alumnos admite emplear IA aun cuando está prohibido, y un 18 % confiesa que integra directamente contenido generado por estas herramientas en documentos académicos.

Los profesores explican que detectan fácilmente textos creados por IA debido a su estilo demasiado uniforme, estructuras muy pulidas o lenguaje ajeno al nivel del estudiante. En programas avanzados, como maestrías y doctorados, se han identificado tesis con fragmentos o capítulos completos elaborados mediante IA, lo que ha encendido alarmas sobre la integridad académica.
Docentes subrayan que la lectura continúa siendo la herramienta clave para la comprensión de textos, el desarrollo del pensamiento crítico y una redacción sólida. Señalan que los alumnos que dedican tiempo a leer mejoran su capacidad de análisis, argumentación y escritura, mientras que quienes dependen de la IA sin bases sólidas presentan textos incoherentes, sin profundidad y con poca capacidad de defenderlos oralmente.
La IA puede ser una gran aliada, pero no puede sustituir la lectura, el esfuerzo intelectual ni la construcción auténtica del conocimiento.