El precio de la tortilla: una historia de aumentos ligados a crisis

Aunque la tortilla es uno de los alimentos más representativos de México, su precio ha mostrado una tendencia constante al alza durante las últimas décadas. Lo que hoy enfrentan los consumidores no es un fenómeno aislado, sino el resultado de años de crisis agrícolas, presiones económicas y transformaciones estructurales en la producción del maíz.

Hace 10 años, en 2015, el kilo de tortilla costaba entre 12 y 14 pesos en la mayoría del país, llegando a 15 o 16 pesos en grandes ciudades. Hoy, el precio nacional promedio supera los 23 pesos, y en algunas lugares alcanza los 30 pesos por kilo, lo que evidencia que el costo prácticamente se ha duplicado en una década.

Especialistas señalan que la principal causa histórica de estos incrementos es el encarecimiento del maíz, un cultivo particularmente vulnerable a fenómenos climáticos, plagas y fluctuaciones del mercado internacional. Tras la entrada en vigor del TLCAN, México comenzó a depender cada vez más del maíz importado, principalmente de Estados Unidos. Esto significa que cualquier variación internacional en el precio del grano se refleja de inmediato en las tortillerías.

A partir de los años noventa, la eliminación de subsidios y la desaparición de CONASUPO dejaron al maíz prácticamente a merced del libre mercado. Esto coincidió con crisis económicas como la devaluación de 1994 y posteriores aumentos en combustibles, electricidad y transporte, impactando directamente en los costos de producción de las tortillerías.

A ello se suma la concentración del mercado de harina de maíz en grandes empresas, cuyos ajustes de precios repercuten en miles de negocios locales. Su precio, más que un indicador comercial, refleja una historia de desigualdades y vulnerabilidad en la cadena de producción del alimento básico de México.