El país vive un contraste agudo entre ciudades donde la violencia parece normalizada y otras donde la seguridad todavía es parte de la rutina cotidiana; según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) publicada por el INEGI en octubre de 2025, seis de cada diez mexicanos adultos consideran inseguro vivir en su ciudad, un aumento respecto al año anterior que revela el deterioro de la confianza social frente al delito.
Las ciudades con mayor percepción de inseguridad son Culiacán (88.3%), Irapuato (88.2%), Chilpancingo (86.3%), Ecatepec (84.4%) y Cuernavaca (84.2%); en ellas, el miedo al crimen, la presencia de grupos delictivos y la falta de eficacia en la respuesta policial mantienen a la población en alerta; son urbes donde el temor no solo proviene de los hechos delictivos, sino de la sensación de desprotección ante las autoridades.
En el otro extremo, las más seguras son San Pedro Garza García (8.9%), Piedras Negras (15.0%), Benito Juárez en Ciudad de México (15.6%), Los Mochis (19.2%) y San Nicolás de los Garza (22.4%), territorios que destacan por una gestión local eficiente, mejor infraestructura y mayor cohesión vecinal.
El caso de Tepic, Nayarit, resulta llamativo: en solo un año, la percepción de inseguridad casi se duplicó, pasando de 23.7% en 2024 a 49.7% en 2025.; este salto refleja el impacto de delitos cotidianos y la creciente desconfianza hacia las instituciones, pese a que los niveles de violencia no siempre aumentan al mismo ritmo.
A nivel nacional, los ciudadanos identifican como principales riesgos el consumo de alcohol en las calles, los robos o asaltos, y el vandalismo, mientras que la Marina y el Ejército siguen siendo las instituciones mejor evaluadas por su desempeño en materia de seguridad.
La ENSU confirma que la inseguridad no solo se mide en cifras, sino en percepciones: el miedo se instala incluso donde el crimen no siempre está presente, y la tranquilidad parece un privilegio reservado a pocas ciudades.