Un total de 23 estados, junto al Distrito de Columbia, presentó este martes una demanda contra la Administración del presidente Donald Trump para evitar la suspensión de la ayuda alimentaria que reciben aproximadamente 42 millones de personas en Estados Unidos.
La medida se daría debido al cierre parcial del Gobierno federal.
El Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, por sus siglas en inglés) informó el fin de semana que, si el cierre continúa en noviembre, no financiará el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que beneficia a cerca de uno de cada ocho estadounidenses. Esto implica que millones de familias podrían quedarse sin apoyo para alimentos básicos.
La demanda, encabezada por los estados de California y Massachusetts, asegura que la suspensión de los beneficios sería "contraria a la ley" y "arbitraria y caprichosa" según la Ley de Procedimiento Administrativo. Argumentan que los fondos ya fueron aprobados por el Congreso, por lo que no hay justificación legal para retenerlos.
California es uno de los estados más afectados, ya que 5,5 millones de sus residentes dependen de los llamados "cupones de comida". Del total de beneficiarios en el estado, 63.2% son niños o adultos mayores, quienes podrían enfrentar inseguridad alimentaria inmediata. El gobernador Gavin Newsom destacó que la decisión del Gobierno genera miedo e incertidumbre entre los ciudadanos.
Los legisladores demócratas habían solicitado a la secretaria del USDA, Brooke Rollins, utilizar 5 mil millones de dólares de fondos de emergencia para cubrir la financiación de SNAP. Sin embargo, la funcionaria se negó, argumentando que estos recursos deben reservarse para enfrentar catástrofes naturales u otras emergencias.
El fiscal general de California, Rob Bonta, señaló que el USDA no solo tiene autoridad, sino la obligación legal de gastar todos los fondos disponibles para mantener el programa. La suspensión del apoyo ha generado críticas incluso entre algunos senadores republicanos, quienes podrían debatir un proyecto de ley esta semana para financiar temporalmente el programa.
Además de California y Massachusetts, la demanda cuenta con el respaldo de los estados de Minesota, Arizona, Connecticut, Colorado, Delaware, Hawái, Illinois, Maine, Maryland, Michigan, Nevada, Nueva Jersey, Nuevo México, Nueva York, Carolina del Norte, Oregón, Rhode Island, Vermont, Washington y Wisconsin. También se sumaron los gobernadores de Kansas, Kentucky, Pensilvania y el Distrito de Columbia.
Hasta ahora, un proyecto de ley de la Cámara de Representantes que financiaría temporalmente al Gobierno federal, y que contaba con el respaldo de los republicanos, no logró aprobarse en el Senado por decimotercera ocasión, lo que mantiene la incertidumbre sobre el futuro inmediato de los beneficios de SNAP para millones de estadounidenses.