Boeing y la NASA ajustan los últimos preparativos para la primera misión espacial tripulada a bordo de la nave Starliner, cuyo lanzamiento con destino a la Estación Espacial Internacional (EEI) está previsto para la noche de este lunes desde Cabo Cañaveral, en Florida (EE.UU.).
El lanzamiento, que se efectuará desde una plataforma de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral a las 22:34 hora local (02:34 GMT del martes), cuenta con un 95 % de condiciones meteorológicas favorables, de acuerdo a la agencia espacial estadounidense.
La cápsula ya está montada arriba de un cohete lanzador Atlas V, de la firma United Launch Alliance (ULA), lista para recibir poco menos de tres horas antes del despegue a su tripulación, compuesta por los experimentados astronautas de la NASA Barry 'Butch' Wilmore y Sunita Williams.
De resultar exitoso el despegue, la Starliner alcanzará a la EEI, que se desplaza a más de 28.000 kilómetros por hora, y procederá a encajar de manera autónoma en el módulo Harmony a las 00:46 horas (04:46 GMT) del miércoles.
La misión CFT (Crew Flight Test) es una misión de prueba, como han recalcado tanto Boeing como la NASA, y por tanto la tripulación y los controladores esperan que surjan imprevistos en el viaje, durante el cual en determinados momentos Wilmore y Williams van a operar la nave de forma manual.
Uno de los objetivos de la misión es observar cómo se desenvuelve la nave, de 5 metros de altura y 4,6 metros de diámetro, en las duras condiciones del espacio.
El éxito de la misión supondrá para la NASA contar con un segundo proveedor, después de SpaceX, para el transporte de misiones tripuladas y de carga al laboratorio orbital, en virtud de contratos suscritos con ambas firmas en 2014.
"Nos hemos esforzado porque (el programa de) Tripulación Comercial tenga dos sistemas de transporte espacial independientes. Ese ha sido nuestro objetivo desde sus inicios y estamos muy cerca de alcanzarlo", señaló el pasado viernes el gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, Steve Stich.
Hasta la misión de este lunes, Boeing ha recibido unos 4.200 millones de dólares en virtud al contrato suscrito con la agencia espacial estadounidense hace 10 años, mientras que en el mismo plazo SpaceX recibió 2.600 millones de dólares y hasta la fecha lleva ya más de una decena de vuelos a la EEI a bordo de su cápsula Dragon.
El propio presidente ejecutivo de SpaceX, el magnate Elon Musk, sacó a colación estas diferencias en un mensaje en su cuenta de X este lunes, en el que agregó: "Demasiados gerentes no técnicos en Boeing".
Tras un par de intentos fallidos, Boeing lanzó con éxito una misión no tripulada el 19 de mayo de 2022, que al día siguiente atracó en la EEI, donde la nave CST-100 Starliner permaneció cuatro días antes de separarse de forma autónoma y aterrizar luego en Nuevo México (EE.UU.).
En 2023, problemas detectados en el sistema de paracaídas y en unas cintas aislantes de fibra de vidrio obligaron a aplazar una misión tripulada cuando faltaba un mes y medio para el despegue, que estaba programado para el 21 de julio de ese año.
Tras cumplir una estancia de alrededor de una semana en la EEI, la nave emprenderá su camino de vuelta hacia el suroeste de Estados Unidos, en donde la Starliner descenderá con un mejorado sistema de paracaídas.