Por: Andrés Solis
En apenas un par de años, China se convirtió en el principal exportador de autos en el mundo con ventas en 2023 por 3.83 millones en el mundo, 62% más que en 2022.
En el último año, por ejemplo, BYD desplazó a Tesla, del multimillonario estadunidense Elon Musk como la principal vendedora de autos eléctricos.
En México, los autos de origen chino siguen ganando terreno y de acuerdo con la Cámara de Comercio México-China, ya ocupan el 10% del mercado nacional y confían que siga creciendo, pues han demostrado ser autos de calidad.
César Fragozo, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio México-China, asegura, "los productos chinos no son chafas, no son de mala calidad, lo eran, porque era lo que uno pagaba, cuando China era muy barato; tú llegas a cualquier expo en China y hay para todos los presupuestos".
Además de apostar por la calidad, las marcas chinas cumplen con todos los requisitos que impone la Secretaría de Economía, para instalarse, operar y vender en México y garantizar a sus clientes la atención debida después de concretarse la venta de cualquier automóvil.
Las empresas automotoras deben cumplir con requisitos de seguridad para poder ingresar al mercado nacional y que van desde el sistema de frenado, hasta las bolsas de aire y reflejantes en exteriores.
En este sentido, el automotriz es sólo uno de los segmentos prioritarios en la relación comercial entre México y China.
"China es el segundo socio comercial, para México, creo que es el más grande, por encima de Brasil en América Latina, para ellos también y eso es algo que hemos descubierto a través de los años que México tiene una gran ventaja con la ubicación geográfica", destacó César Fragoso.
En tres años llegaron a México nueve diferentes marcas de autos chinos, tanto de gasolina. como híbridos y eléctricos que seguirán compitiendo con las marcas establecidas hace décadas.
Juan Manuel Cerdeira, director general de SEV, indica "yo nunca había visto que llegaran más de nueve marcas en el mercado y no sólo la complejidad de las marcas, sino la complejidad de los productos, ¿quién trae quién, si es combustión, si es diésel, si es eléctrico o es híbrido".
Y quien gana es el consumidor final, en un mercado con más y mejores opciones para elegir, con la obligación de las nuevas marcas a garantizar que haya piezas y refacciones para cubrir sus necesidades.
Para el director general de SEV, "independientemente del producto, independientemente de la tecnología, la atención al cliente, creo yo, va a marcar la diferencia de quién se queda, quien sobrevive y quien acaba capitalizando el mercado".