Desde la llegada de Donald Trump al poder el gobierno de Estados Unidos anunció la imposición de una serie de nuevos aranceles sobre ciertos productos importados de Canadá, China y México, una medida que ha generado preocupación en los sectores económicos de estos países.
Esto ante una supuesta medida ligada principalmente a las políticas de control y la lucha contra el tráfico de drogas sobre todo del fentanilo, problemática que no han podido combatir.
De acuerdo con datos del centro y la prevención de enfermedades de Estados Unidos tan solo en 2024 murieron más de 100 mil personas por sobredosis de drogas, 75 por ciento eran consumidores de fentanilo. Luego de estas amenazas, el sábado 1 de febrero Estados Unidos estableció el 25 por ciento de impuestos arancelarios por lo que de inmediato tuvo reacción de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo al considerar una medida injusta.
"El consumo y distribución de drogas está en su país y ese es un problema, también de salud pública que nunca se ha atendido. ¿Por qué no se preguntan cuál es la razón de fondo de tanto consumo de drogas que lleva tanto tiempo en los Estados Unidos"
Sin embargo esta decisión solo se mantuvo activa unas horas ya que al día siguiente la presidenta de México, anunció acuerdos temporales con su homólogo del norte.
´"Me dijo bueno pues, vamos a ponerlo en marcha un mes y estoy segura que este mes vamos a poder dar resultados, buenos resultados a su pueblo, buenos resultados al pueblo de México, y este fue el resultado del acuerdo"
Ante esta incertidumbre de medidas momentáneas podría tener un impacto significativo no solo en las relaciones comerciales trilaterales, sino también en la economía nacional general como reducir las cadenas de suministros, desplazamiento de inversión extranjera, impacto en el tipo de cambio e inflación interna.
De acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana el sector agrícola sería uno de los más afectados por estos nuevos aranceles, en particular el maíz, trigo azúcar, lácteos y frutas.
La industrias automotriz y de autopartes, así como una serie de productos electrónicos y muebles fabricados en ambos países, también estarán sujetos a nuevos gravámenes. Ante esta incertidumbre de medidas momentáneas podría tener un impacto significativo no solo en las relaciones comerciales trilaterales, sino también en la economía nacional general como reducir las cadenas de suministros, desplazamiento de inversión extranjera, impacto en el tipo de cambio e inflación interna. Los acuerdos obtenidos proporcionan un respiro temporal, pero las negociaciones continúan para alcanzar una solución a largo plazo que evite una posible guerra comercial en donde como siempre el más vulnerable sea el bolsillo del consumidor final.