La salud mental infantil y adolescente es uno de los retos ocultos más urgentes en México. Trastornos como la ansiedad y el estrés no solo afectan el rendimiento escolar y las relaciones familiares, sino que también están vinculados a conductas autolesivas.
LOS MENORES DE 4 A 17 AÑOS EN MÉXICO PASAN ALREDEDOR DE 5 HORAS EN USO DE DISPOSITIVOS MÓVILES.
FUENTE: INSTITUTO FEDERAL DE TELECOMUNICACIONES
La digitalización ha amplificado este fenómeno. Los menores entre 4 y 17 años de edad pasan muchas horas diarias frente a pantallas, lo que afecta su sueño, concentración y autoestima. Las comparaciones sociales en redes y la constante conexión provocan sobre estimulación, aislamiento y una sensación de no desconexión que puede derivar en estrés crónico.
De acuerdo con datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México, en Veracruz se registraron 21 suicidios de niñas, niños y adolescentes de 10 a 17 años durante 2023 la cifra más alta en los últimos años que equivale a una tasa de 1.9 por cada 100 mil menores.
A NIVEL NACIONAL, ALREDEDOR DE 232 MUERTES POR SUICIDIO CORRESPONDEN A MENORES DE 10 A 14 AÑOS.
FUENTE: INEGI
Aunque la estadística parece no ser alarmante, representa vidas jóvenes perdidas en contextos de vulnerabilidad emocional, en muchas ocasiones con un diagnóstico tardío. La ansiedad y el estrés infantil no son sólo producto del entorno familiar o social, sino también de un contexto exige, compara y aísla.
ENTRE EL 4 % Y EL 11 % DE LA POBLACIÓN INFANTIL Y ADOLESCENTE PADECE TRASTORNOS DE ANSIEDAD DIAGNOSTICADOS
FUENTE: ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
Hoy más que nunca, las familias, escuelas y comunidades deben mirar más allá de las calificaciones o las pantallas, y atender lo que no siempre se dice con palabras: el cansancio emocional de una generación que crece bajo presión. Escuchar, comprender y acompañar puede marcar la diferencia entre una infancia herida y una que florece.