De cara a los cambios fiscales previstos para 2026, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) difundió la tarjeta informativa 16/2025 para detallar el alcance de las reformas recientemente anunciadas.
Aunque las medidas están orientadas principalmente a combatir los comprobantes fiscales falsos, el nuevo marco legal introduce un esquema conocido como "Fiscalización 4.0", caracterizado por un mayor uso de herramientas tecnológicas y un nivel de supervisión más profundo.
Uno de los ajustes más relevantes de este modelo es la autorización para que el SAT utilice fotografías, grabaciones de audio y videos como elementos probatorios durante las visitas domiciliarias.

Esto significa que la autoridad podrá documentar de manera detallada la infraestructura y las actividades de los contribuyentes, respaldar presunciones de evasión mediante tecnología avanzada y considerar aspectos técnicos adicionales como metadatos y trazabilidad digital de los archivos obtenidos. Por ejemplo, un video de un almacén podría servir para confirmar la existencia de productos no reportados en las declaraciones fiscales.
Otro punto central de la normativa es el acceso directo a plataformas digitales. Algunos prestadores de servicios digitales estarán obligados a otorgar al SAT acceso en línea y en tiempo real a información clave para fines de fiscalización. Esto permitirá a la autoridad monitorear y cruzar datos operativos de inmediato, aumentando la eficiencia de las auditorías.
El objetivo de estas disposiciones es reforzar el control sobre sectores con un alto volumen de operaciones. Con una trazabilidad digital integral, será más difícil que las empresas omitan ingresos o simulen operaciones, ya que cada movimiento dejará un registro que puede ser revisado y analizado por la autoridad.

No obstante, la aplicación de este esquema de supervisión digital intensificada implica ciertos riesgos jurídicos que las empresas deben prever. Entre ellos destacan el alcance de los registros audiovisuales dentro de propiedades privadas y su impacto en la privacidad, la correcta custodia de la evidencia digital y la proporcionalidad de las medidas frente a la presunta infracción.
En este contexto, la gestión adecuada de la documentación y la tecnificación de los procesos internos se vuelven esenciales. La autoridad podrá apoyar sus presunciones tanto en el acceso a plataformas digitales como en el material multimedia recabado, lo que obliga a los contribuyentes a fortalecer el control preventivo de sus operaciones financieras y administrativas.
En resumen, la Fiscalización 4.0 representa un cambio significativo en la forma en que el SAT supervisará a los contribuyentes. La combinación de herramientas digitales, registros multimedia y acceso en tiempo real a información permitirá una vigilancia más estricta, pero también exige que empresas y profesionales estén preparados para cumplir con los nuevos requerimientos legales y proteger la integridad de sus datos.