El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, reiteró su apoyo a los mandatarios de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, respectivamente, en un discurso transmitido por la televisión estatal en el que denunció el "hegemonismo imperial" de Estados Unidos y sus aliados occidentales.
Durante su intervención, Ortega destacó la alianza estratégica con Moscú y Pekín, a quienes describió como "pueblos hermanos que luchan por un mundo multipolar y justo". El mandatario sandinista dijo que "Putin y Xi Jinping representan la resistencia frente a los intentos del imperialismo por imponer su dominio a costa de la soberanía de los pueblos".
Ortega ha sido uno de los pocos líderes latinoamericanos que mantiene un discurso abiertamente alineado con el eje Rusia-China, en un contexto internacional marcado por las tensiones geopolíticas en Ucrania, el estrecho de Taiwán y las nuevas sanciones impuestas por Occidente.
"Desde Nicaragua les decimos: no están solos. Nuestra revolución es solidaria con todas las luchas contra el neocolonialismo y por un nuevo orden mundial", dijo el mandatario, acompañado por su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
El respaldo del gobierno nicaragüense ocurre mientras Rusia intensifica su ofensiva militar en Ucrania oriental y China endurece su postura frente a Taiwán. Ambos países han sido objeto de crecientes sanciones económicas, bloqueos diplomáticos y presiones comerciales desde Washington y Bruselas.
Analistas internacionales ven en las declaraciones de Ortega una reafirmación de su estrategia diplomática orientada a consolidar alianzas con potencias no occidentales, como una forma de contrarrestar el aislamiento internacional que enfrenta su gobierno por violaciones a los derechos humanos, represión política y el cierre de medios independientes.
Estados Unidos ha sancionado a más de 40 funcionarios del gobierno nicaragüense y ha denunciado la creciente deriva autoritaria del régimen sandinista. Sin embargo, Ortega ha respondido fortaleciendo lazos con Rusia, China e Irán, a quienes considera aliados "naturales" en su visión antiimperialista.
Con este nuevo gesto de respaldo, Daniel Ortega reafirma su lugar dentro de la esfera de influencia ruso-china en América Latina, lo que podría generar nuevas fricciones diplomáticas en la región.