Entre pólvora, música y milagros, Guadalupe vibra con fe de la Guadalupana

Zacatecas, Zac. Desde tempranas horas y aún antes de que amaneciera, la fe guadalupana volvió a manifestarse con fuerza en el convento de Guadalupe, donde miles de creyentes se congregaron para rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, la "Morenita del Tepeyac".

Las celebraciones comenzaron desde las 10 de la noche del jueves 11 de diciembre, cuando el estruendo de la pólvora retumbó en calles y callejones de colonias cercanas al convento, anunciando el inicio de los festejos.

El estallido de cohetes y fuegos pirotécnicos se prolongó durante la madrugada, marcando la víspera del día considerado como el más importante para los fieles católicos.

Este viernes 12 de diciembre, día magno, se llevaron a cabo 13 misas, mismas que reunieron a más de 400 personas al interior de la capilla, donde el fervor se hizo presente en cada oración, canto y muestra de agradecimiento.

Los asistentes arribaron portando imágenes de la Virgen de Guadalupe de múltiples formas: algunos la llevaban sobre la espalda, otros en cuadros, estampada en la ropa o en diminutas figuras que sostenían con devoción entre las manos.

Uno de los momentos más conmovedores fue la llegada de fieles que avanzaron de rodillas hasta el atrio del templo, como muestra de agradecimiento por los milagros atribuidos a la Virgen.

Entre las peticiones y testimonios destacaron curaciones de cáncer, la obtención de un empleo, el haber vencido alguna adicción, la posibilidad de formar una familia o simplemente la oportunidad de celebrar un año más con vida y fe.

El ambiente se vio acompañado por música de tambora, mariachi y cantos a capela, que resonaron dentro y fuera del recinto religioso, envolviendo a los asistentes en un ambiente de solemnidad y celebración.

Además, fue común observar a niñas vestidas y caracterizadas como la Virgen de Guadalupe, una tradición que continúa pasando de generación en generación. Así, entre pólvora, música y profundas muestras de fe, los festejos guadalupanos reafirmaron una vez más la devoción del pueblo hacia la Virgen de Guadalupe.