Entre planos y muros: La arquitectura de México
Sociales

Entre planos y muros: La arquitectura de México

Por: Fernanda Rivera
CDMX
Fecha: 01-08-2025

La arquitectura es una disciplina fundamental en la vida de las personas.


No solo se trata de diseñar edificios, sino de crear espacios que respondan a las necesidades humanas, desde la vivienda y el trabajo hasta la convivencia social y el disfrute estético.


Según la revista Architectural Digest México se define como el arte y la técnica de proyectar y construir estructuras considerando tres elementos clave: funcionalidad, forma y belleza. Esta profesión, reconocida como una de las bellas artes, tiene un origen antiguo y está profundamente ligada al desarrollo de las civilizaciones.


El arquitecto Javier Castanedo, con 25 años de experiencia y fundador del despacho JC Arquitectos en Zapopan, lo explica así: "La función básica de la arquitectura en todo momento es lograr tres principios, que son forma, función y estructura. Cada función es diferente en cada proyecto. Desde la parte conceptual se define el esquema arquitectónico, y a partir de ahí se comienza a zonificar y distribuir los espacios según las necesidades del usuario".


El término arquitectura proviene del latín architectura, que a su vez deriva del griego arkhitekton, que significa "jefe constructor". Desde los primeros refugios en el Neolítico hasta los rascacielos actuales, la arquitectura ha evolucionado en paralelo con la historia de la humanidad, reflejando los valores, las creencias y las aspiraciones de cada sociedad. Es una herramienta para transformar el entorno, pero también una forma de expresión cultural.


Estilos que marcaron: Del barroco al diseño sustentable




A lo largo del tiempo, la arquitectura ha adoptado múltiples estilos que reflejan los ideales estéticos y tecnológicos de cada periodo.


La arquitectura gótica (siglos XII al XV), con sus catedrales de bóvedas altas y vitrales, buscaba acercarse a lo divino. Más adelante, el barroco (siglo XVII) introdujo una decoración exagerada, juegos de luces y formas complejas. En el siglo XVIII, el estilo neoclásico retomó las líneas simples y simétricas de Grecia y Roma.


Con el siglo XX llegó la arquitectura moderna, que rompió con los estilos históricos y se enfocó en la funcionalidad, el uso de nuevos materiales como el acero y el vidrio, y una estética más limpia.




Le Corbusier, Ludwig Mies van der Rohe y Frank Lloyd Wright fueron figuras clave. A finales del mismo siglo surgió la arquitectura contemporánea, que privilegia la experimentación, la tecnología, la sostenibilidad y la integración con el paisaje. Exponentes como Zaha Hadid y Frank Gehry marcaron esta etapa.


La arquitectura sustentable, hoy en auge, busca diseñar construcciones que respeten el medio ambiente. Esto implica el uso racional de los recursos, la eficiencia energética, y la armonización del edificio con su entorno natural y social. Las fachadas verdes, los sistemas de captación de agua y los paneles solares son algunos elementos cada vez más comunes.


Castanedo coincide con esta visión: "La sustentabilidad no debe estar peleada con la estética. Siempre hay que integrar las bondades que nos genera la naturaleza: la orientación solar, el agua pluvial, los vientos. Desde el diseño conceptual, un buen proyecto debe ser funcional y respetuoso con su entorno. Ya los sistemas tecnológicos como paneles solares o sistemas de captación son complementos que deben integrarse de forma natural".




Un ejemplo destacado de arquitectura sustentable en México es la Torre Reforma, un rascacielos ubicado en Ciudad de México que ha sido reconocido por incorporar estrategias de diseño bioclimático, eficiencia energética y materiales sostenibles, convirtiéndose en un referente de construcción responsable en América Latina.


Otro caso emblemático es la Biblioteca Vasconcelos, también en la capital del país, que no solo funciona como un centro cultural, sino que integra un jardín botánico y sistemas de captación de agua pluvial, demostrando cómo la arquitectura puede armonizar con el entorno natural y aportar al bienestar colectivo.




En México, según el artículo Arquitectura Mexicana: Historia, Estilos, Cultura y Ejemplos de la arquitecta Mariangel Coghlan, la historia arquitectónica comenzó con las culturas prehispánicas.


Mayas, mexicas y zapotecas crearon pirámides, templos y centros ceremoniales que aún hoy impresionan por su precisión y simbolismo. Tras la llegada de los españoles, la arquitectura colonial fusionó técnicas indígenas con el barroco y el renacimiento europeos.


Esta mezcla creó un estilo mestizo único, visible en ciudades como Puebla, Oaxaca y la Ciudad de México. Hoy en día, muchas ciudades mexicanas cuentan con obras reconocidas a nivel mundial, y el país es el que más sitios Patrimonio de la Humanidad tiene en América.


"En México tenemos una de las arquitecturas más ricas del mundo", afirma Castanedo. "Desde la prehispánica hasta la moderna, hay una gran influencia de nuestra cultura. Lo vemos en el color, en las formas, en cómo incluso la arquitectura de los pueblos refleja sus raíces. Un ejemplo muy claro es Tapalpa, donde la sierra ha dictado el estilo de construcción, y eso influye también en cómo diseñamos hoy".


Grandes nombres de la arquitectura mexicana




Varios arquitectos mexicanos han logrado destacar en el escenario internacional gracias a propuestas originales que combinan tradición, modernidad y una profunda sensibilidad estética.


Uno de los más reconocidos es Luis Barragán, ganador del Premio Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura. Su obra se caracteriza por el uso del color, la luz y el silencio como elementos arquitectónicos, así como por la conexión emocional con el entorno.


"Luis Barragán ha sido una influencia muy importante para todos", señaló el arquitecto Castanedo. "Sus espacios transmiten tranquilidad y espiritualidad. Él fue quien logró modernizar la arquitectura mexicana sin perder ese contacto emocional con el usuario. Fue un referente que ha inspirado a generaciones".




Otro nombre destacado es Ricardo Legorreta, discípulo de Barragán, quien desarrolló una arquitectura monumental que integraba lo moderno con lo tradicional. Sus obras, como el Hotel Camino Real o la Biblioteca Central de Monterrey, son íconos del diseño mexicano. Javier Senosiain, por su parte, es pionero de la arquitectura orgánica en México. Su obra, como la Casa Orgánica en Naucalpan, imita las formas de la naturaleza y propone una fusión armoniosa entre construcción y paisaje.




También figuran arquitectos contemporáneos como Tatiana Bilbao, reconocida por integrar técnicas artesanales y elementos locales en proyectos innovadores, y Michel Rojkind, cuyos diseños destacan por su audacia estructural y tecnológica. Todos ellos han contribuido a posicionar a la arquitectura mexicana como una referencia en el mundo.


Ser arquitecto en México: Formación, retos y perspectivas




Convertirse en arquitecto en México implica estudiar una licenciatura de 4 a 5 años en alguna universidad pública o privada.


Instituciones como la UNAM, el IPN, la UAM o la Universidad Anáhuac ofrecen programas completos que incluyen diseño, teoría, urbanismo, historia y tecnología. El plan de estudios abarca desde el dibujo técnico hasta el uso de software especializado y modelado 3D.


Durante la carrera, los estudiantes desarrollan habilidades en diseño arquitectónico, construcción, uso de materiales, análisis urbano y sustentabilidad. También se les enseña a elaborar maquetas, presentar proyectos y trabajar en equipo. Al final de los estudios se requiere realizar servicio social, prácticas profesionales y, en muchos casos, un proyecto final para obtener el título.


En cuanto a la matrícula, solo en la UNAM se asignaron 1,795 lugares para nuevo ingreso en el ciclo 2023-2024 en las tres sedes donde se imparte la carrera: Facultad de Arquitectura en Ciudad Universitaria, FES Acatlán y FES Aragón.




Esto significa que, en promedio, uno de cada seis aspirantes logra ingresar, lo que refleja la alta demanda de esta profesión. Del alumnado de nuevo ingreso, el 52% son mujeres y el 48% hombres.


Estudiar arquitectura implica una inversión significativa. Según el sitio web Universidades de México, en universidades públicas como la UNAM, el costo total estimado durante los cinco años de carrera oscila entre $10,000 y $30,000 MXN, sin contar materiales. Los gastos en herramientas, maquetas, impresiones y software pueden alcanzar entre $30,000 y $150,000 MXN a lo largo de toda la licenciatura.


En universidades privadas, los costos son mucho más altos: la colegiatura puede ir de $40,000 a $150,000 MXN por semestre, lo que representa una inversión total de entre $450,000 y $1,500,000 MXN por los 10 semestres. A esto hay que sumar entre $50,000 y $200,000 MXN por materiales.


Al recordar su etapa como estudiante, Castanedo compartió: "El primer reto que enfrenté fue un comentario negativo que me hicieron antes de entrar a la carrera, diciéndome que era muy difícil. Pero desde el inicio supe que era mi vocación. Lo más bonito de estudiar arquitectura es la parte creativa y el contacto con las personas, desarrollar ideas con los clientes".




No obstante, la arquitectura también brinda amplias oportunidades: se puede trabajar en despachos, constructoras, instituciones públicas o ejercer de forma independiente. Además, se puede optar por especializaciones como arquitectura paisajista, conservación del patrimonio, diseño sustentable o urbanismo.


Respecto al panorama laboral, los ingresos varían según varios factores. De acuerdo con datos de Indeed México, el salario promedio mensual en 2025 para un arquitecto proyectista es de $13,580, aunque profesionales con más experiencia, posgrados o especializaciones pueden superar esta cifra.




Una alternativa para quienes desean mayor autonomía es abrir su propio despacho.


El costo de establecer un estudio de arquitectura varía ampliamente: según el articulo "Abrir un estudio de arquitectura: presupuesto, equipamiento y beneficios", puede ir desde $16,800 hasta $1,260,000 MXN, dependiendo de factores como el alquiler de una oficina física, la contratación de personal, el diseño de un sitio web profesional, la compra de equipo y software, así como los recursos destinados a prospección de clientes y capacitación.


"Llevar las ideas a la construcción es el mayor reto", comentó el arquitecto. "No basta con diseñar bien; el proyecto debe ser edificable. Para eso, necesitas un equipo fuerte y comprometido. En nuestro despacho, con más de 25 años de trayectoria, hemos participado en proyectos como el Hotel Ibis en Aguascalientes, el Fiesta Inn de Zacatecas y obras en Andares en Guadalajara. Cada obra tiene sus desafíos, pero también muchas satisfacciones".


Aunque abrir un despacho representa un riesgo inicial, también puede traducirse en libertad creativa y mejores ingresos a largo plazo




La arquitectura es mucho más que la construcción de espacios: es una forma de transformar la vida cotidiana, de preservar la historia y de imaginar futuros posibles.


Basta con pensar en cómo un parque bien diseñado puede convertirse en el corazón de una comunidad, o cómo una biblioteca pública accesible y luminosa puede cambiar el día a día de niñas, niños y adultos por igual.


En México, esta disciplina ha florecido a través de siglos de creatividad, resistencia e innovación. Desde las majestuosas pirámides de Teotihuacán y la grandeza maya de Palenque, hasta edificios icónicos como el Museo Soumaya o las viviendas ecológicas en Oaxaca construidas con tierra compactada.


Ser arquitecto en el país no solo implica dominar planos y estructuras, sino también comprometerse con la cultura, el entorno natural y las necesidades sociales de comunidades muy diversas.


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