Rusia llevó a cabo un nuevo bombardeo masivo durante la madrugada contra Kiev y otras regiones de Ucrania, en un ataque que dejó cinco civiles muertos y más de treinta heridos, según informaron las autoridades ucranianas.
El impacto de misiles y drones volvió a sacudir la capital, donde varias zonas residenciales resultaron afectadas.
De acuerdo con la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia lanzó un total de 430 drones y 19 misiles de distintos tipos contra el territorio ucraniano. Entre los drones empleados se encontraban cerca de trescientos modelos kamikaze Shahed, una cifra inusualmente alta y que elevó la intensidad del ataque. Aun así, las defensas aéreas lograron neutralizar 405 drones y los 19 misiles.
La Fuerza Aérea también informó que Ucrania logró derribar dos de los tres misiles hipersónicos Kinzhal y seis de los nueve misiles balísticos Iskander. Esto representa una mejora significativa, ya que en ataques anteriores no había sido posible interceptar la mayoría de estos proyectiles de alta velocidad.

El presidente Volodímir Zelenski destacó esta mañana la efectividad mostrada por los sistemas antiaéreos, especialmente los misiles Patriot de fabricación estadounidense. Ucrania recibió a principios de mes dos unidades adicionales por parte de Alemania y actualmente está comprando nuevos misiles a Estados Unidos con apoyo financiero de países europeos.
Zelenski señaló que Ucrania seguirá buscando sistemas "capaces de derribar misiles balísticos", afirmando que los Patriot se han convertido en la única defensa real contra misiles hipersónicos como los Kinzhal. Sin embargo, pese a las mejoras, 23 drones y varios misiles lograron impactar en distintos puntos del país.
En la región de Odesa, las autoridades reportaron nuevos daños en infraestructuras energéticas tras la caída de proyectiles rusos. En Kiev, el bombardeo afectó una treintena de edificios de vivienda, según informó la primera ministra Yulia Sviridenko. La funcionaria también reportó daños en infraestructuras de Sumi, Járkov y Kirovograd.
Sviridenko insistió en la necesidad de recibir más ayuda en defensas aéreas, señalando que los ataques rusos han destruido una parte importante de la capacidad de procesamiento de gas y generación eléctrica no nuclear de Ucrania. La primera ministra pidió además a los países aliados que aprueben el uso de activos rusos congelados para apoyar a Kiev, una decisión que considera "estratégica".
Ucrania enfrenta una creciente presión financiera para sostener al Estado, cubrir los costos del Ejército, importar energía y adquirir armamento, especialmente después de que Estados Unidos dejó de enviar armas de manera gratuita tras la llegada de Donald Trump a la presidencia.
La Comisión Europea propuso un plan para liberar 185 mil millones de euros en activos rusos congelados, pero países como Bélgica mantienen reservas por las posibles consecuencias legales y financieras de esta medida.