El fútbol internacional despidió este viernes al entrenador español Xabier Azkargorta, quien falleció a los 72 años en Bolivia. Reconocido por su larga trayectoria en clubes españoles y por llevar a la selección de Bolivia al Mundial de 1994, su muerte generó numerosas muestras de respeto tanto en Latinoamérica como en Europa.
Azkargorta inició su carrera en España con el Nàstic en la temporada 1982-1983, pero fue su paso por el Espanyol de Barcelona, entre 1983 y 1986, el que lo consolidó como uno de los técnicos más recordados del club. Durante esos años acumuló 134 partidos, una cifra que lo convirtió en el séptimo entrenador con más encuentros dirigidos en la historia del equipo.
"Lamentamos comunicar que nos ha dejado Xabier Azkargorta", publicó el Espanyol al informar su fallecimiento.
El entrenador también dirigió al Sevilla entre 1987 y 1989, y posteriormente al Tenerife entre 1989 y 1991. En todos los equipos donde trabajó, las muestras de cariño no tardaron en llegar. Especialmente emotivo fue el mensaje del Tenerife, que destacó su papel clave en la permanencia del club en primera división y anunció que durante su partido del sábado contra el Celta B se guardará un minuto de silencio en su memoria.

Pero uno de los mayores logros de Azkargorta ocurrió lejos de los banquillos españoles. En 1994, hizo historia al llevar a la selección absoluta de Bolivia a su único Mundial, un hecho aún recordado por los aficionados del país sudamericano. Su trabajo dejó una huella profunda en el fútbol boliviano, donde también dirigió a varios equipos durante diferentes etapas de su carrera.
Además de Bolivia, Azkargorta también estuvo al frente de la selección de Chile, ampliando su experiencia internacional y su reconocimiento en el continente. Su capacidad para construir equipos competitivos y su estilo cercano con los jugadores marcaron su paso por cada selección y club en el que trabajó.
Su carrera también lo llevó al futbol asiático, donde dirigió al Yokohama Marinos de Japón entre 1997 y 1998, y más tarde regresó a América Latina para dirigir al Chivas de México en 2005. La diversidad de ligas y estilos en los que trabajó reforzó su reputación como un entrenador adaptable y respetado.
Con su fallecimiento, el fútbol pierde a un técnico de trayectoria amplia y a una figura que dejó huella en distintos continentes. Sus equipos, jugadores y aficionados lo recordarán como un profesional dedicado y un entrenador que marcó una época, especialmente en Bolivia y en España.