La discusión salarial y laboral entre la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el Gobierno federal, que lleva meses acumulando tensión, dio un giro inesperado este jueves, 13 de noviembre: los maestros advirtieron que podrían boicotear el Mundial de futbol de 2026 si no avanzan los acuerdos
La advertencia, lanzada desde las inmediaciones del Senado, busca presionar una respuesta inmediata a demandas que el gremio considera postergadas por años.
Durante la protesta, los contingentes gritaron: "Si no hay solución, no habrá mundial", una consigna que conecta un conflicto histórico -la exigencia de revertir la Ley del ISSSTE de 2007 y la reforma educativa de 2019- con el evento deportivo más relevante que el país ha organizado en décadas.
Los maestros, que en esta ocasión intentaron rodear previamente el Palacio Nacional, afirmaron incluso que podrían "robar el balón", una metáfora que deja claro el peso político que buscan darle a su movimiento.

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La respuesta presidencial: diálogo sí, presión no
Desde la conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum fijó postura. Cuestionó el sentido de las protestas considerando que -dijo- ya existen mesas abiertas en estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero.
La mandataria afirmó que no comparte que se recurra a la confrontación para llegar a Palacio Nacional, y adelantó que la discusión sobre la carrera magisterial será consultada directamente "escuela por escuela".

Pese a ello, la CNTE sostiene que las mesas no han dado resultados concretos y que las promesas relacionadas con jubilaciones, evaluación docente y seguridad social siguen sin cumplirse
Marchas, rutas bloqueadas y un conflicto que vuelve a crecer
En paralelo, la Coordinadora anunció nuevas movilizaciones y una marcha masiva en la Ciudad de México. Cientos de docentes comenzaron a llegar desde distintos estados para sumarse a las protestas, replicando escenas de mayo pasado, cuando un mes de bloqueos y plantones obligó al Gobierno a anunciar un aumento salarial de 9% y más días de descanso.
Pero para la CNTE, esos avances no resolvieron lo que consideran el núcleo del problema: leyes que afectan su retiro, su estabilidad laboral y la forma en que se evalúa su desempeño.
Que el conflicto magisterial se mezcle con el Mundial 2026 no es casual: la CNTE sabe que pocos eventos generan tanta atención internacional y tanto impacto político.

Su amenaza no está en el futbol en sí, sino en recordarle al Gobierno que, a un año del torneo, los pendientes con el magisterio todavía están en la cancha