En la actualidad, los teléfonos celulares se han convertido en una herramienta indispensable en la vida cotidiana. Sin embargo, su uso excesivo entre menores de edad ha generado una creciente preocupación debido a las consecuencias negativas que puede tener sobre su salud mental y física.
"Le quitamos a ese niño o a esa niña el teléfono, el aparato electrónico o apagamos la televisión que le estaba generando una diversión entonces empieza a hacer rabietas, empieza a ofuscarse, empieza a tener alteraciones en el comportamiento", explicó la doctora Damfne Goretti Delgado Machuca, especialista en salud integral.
En Colima más del 85.1 por ciento de las personas usan el teléfono celular, esto de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2024.
Además, de acuerdo con la Décima Consulta Infantil y Juvenil 2024 en Colima, el 64% de los adolescentes de 14 a 17 años que participaron se pronunciaron a favor de establecer acuerdos para regular los horarios de uso del celular, redes sociales y videojuegos, como una medida para evitar adicciones o excesos.
"Como a los 11 ó 12 años empezó con el uso del celular y sí se les vuelve una adicción//yo he tratado de tenerles el family link, es una aplicación para controlar un poquito el celular restringirlo", dijo una madre de familia.
Desde el punto de vista físico, el uso excesivo del celular puede generar trastornos posturales, como dolores de cuello, espalda y muñecas, debido a las largas horas que los menores pasan mirando la pantalla.
Asimismo, la exposición a la luz azul de los dispositivos afecta el ciclo del sueño, provocando insomnio o descanso de mala calidad, lo que repercute en el rendimiento escolar y el estado de ánimo.
"Cuando utilizan la tecnología pues no es una postura adecuada a veces hasta acostados con la cabeza toda chueca, entonces van a empezar a presentar a corto y a largo plazo alteraciones en la misma o en la situación anatómica que tiene la columna vertebral", señaló la especialista en salud.
Otro aspecto preocupante es el aislamiento social. Muchos menores sustituyen las interacciones cara a cara por conversaciones virtuales, lo que afecta el desarrollo de habilidades sociales, la empatía y la comunicación emocional.