Nelly Edith Ochoa Salcedo es un claro ejemplo del concepto de resiliencia humana, pues después de ver cómo un accidente carretero estuvo a punto de quitarle la vida a su hermana, de vender parte de sus bienes para pagar su rehabilitación y además enfrentar el cierre obligatorio de su negocio de elaboración de huaraches por el Covid-19, logró enfrentar estas situaciones adversas en compañía de su familia, y ha creado un negocio exitoso de elaboración de caretas y cubrebocas, el cual, incluso, le ha permitido apoyar a sectores vulnerables.
"Mi hermano me preguntó si el hacía una careta, digamos que había muchas y, este, y pensamos que esto se iba a acabar rápido y pensamos que no la íbamos a vender, pero, me dijo: si yo hago el prototipo tú la puedes vender, yo me dedico a la venta y él a la fabricación y la lanzamos; lo sondeamos con sus amistades y con las mías y alrededor de, en una hora teníamos pedidas 500 caretas".
Explicó que ante la demanda, adaptaron parte de su taller de elaboración de huaraches para hacer las caretas. Así también, recibieron el apoyo de diversos empresarios y con la donación de insumos, han regalado más de 4 mil caretas al Seguro Social.
Nelly considera que esto ha resultado tan satisfactorio emocionalmente, que también se ha propuesto apoyar a sectores vulnerables.
"Hemos lanzado una campaña donde todas las personas que tengan cáncer, que no la puedan pagar, si nos contactan, este, les podemos proporcionar la careta, sino la pueden pagar, si no tienen dinero y que realmente la necesitan se la regalamos".
De acuerdo a la joven emprendedora este nuevo negocio ha permitido el sostenimiento económico de más de 10 familias que dependían de la venta de huaraches, así como de sus proveedores, pues además, también iniciaron la elaboración de cubrebocas y todo se hace con los mismos materiales que se utilizan en el calzado.
"Los cubrebocas teníamos cientos de metros de tela que nosotros utilizamos. La mandamos a hacer especial para nuestro huarache que es una tela impermeable que no le pasa nada de agua. Entonces logramos adaptar esa tela para darle trabajo a las señoras que nos hacían unos costalitos artesanales y que debido a que la tienda estaba cerrada ya no se iban a hacer. Tienen diseños huicholes, calendario azteca, algo muy artesanal con el toque del mismo huarache".
Finalmente, Nelly señaló que, pese a que hoy en día están elaborando a rededor de 2 mil 500 caretas y más de 500 cubrebocas por semana, ella y su familia no tienen considerado abandonar la fabricación de huaraches, pues destaca que es la mejor herencia de sus padres y sus abuelos. Así también, hizo un llamado a empresarios que se sienten derrotados por la pandemia, a que saquen su lado emprendedor y crear cosas nuevas.