La colocación de las ofrendas del Día de Muertos en la mayoría de los hogares mexicanos a finales de octubre y durante los primeros días de noviembre, tienen un elemento característico, la flor de cempasúchil.
En las principales avenidas de la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez, ya se observan los arreglos florales en color amarillo-naranja con ese olor tan peculiar que recuerda la tradición tan mexicana de celebrar el día de los fieles difuntos.
"Nosotros venimos del Estado de México de Tlajomulco, hay un pueblo que se llama San Lorenzo Tlacotepec ahí es donde se cultiva cualquier tipo de planta y la de temporada/la gente la busca por ahora sí porque es una tradición para ellos".
Según las creencias, se deben hacer senderos de flor de cempasúchil, desde el camino principal, hasta donde se encuentran las ofrendas, con la finalidad de guiar a las almas hacia el altar de muertos.
"Hay a veces que se llevan dos, tres, seis a lo mucho".
De acuerdo con Gabriel Valencia González, quien lleva diez años instalándose frente al Tecnológico de Colima, cada temporada traen entre 1 mil 500 a 2 mil macetas de cempasúchil, aunque revela que este año las ventas han estado muy bajas.
"Años pasados como que si se vendía mucho pero ahorita no sé si por la economía o no entiendo eso, ha estado tranquilo/ya acercándose el tiempo a lo mejor pues pueda aumentar la venta, hay años que aumenta y hay años que se mantiene desde que empezamos así".
Nuestros antepasados relacionaban el color amarillo del cempasúchil con el sol, mientras que los mexicas consideraban esta flor como un símbolo de vida y muerte, por ello, desde entonces se utilizan en las ofrendas dedicadas a sus familiares fallecidos.