El llamado "chapulineo político", que consiste en brincar de un partido a otro según las coyunturas electorales, se ha convertido en una práctica común en la política mexicana.
En Colima, cada proceso electoral revela nuevas adhesiones, renuncias y "cambios de camiseta" que generan dudas sobre la lealtad de los actores públicos y el verdadero compromiso con los ciudadanos.
"Hay que decirlo con todas sus letras, Locho Morán es un digno representante de ese fenómeno, a nivel nacional ni se diga, podemos mencionar a Ricardo Monreal, Manuel Bartlett". Aseguró el politólogo, Gerardo Hernández Chacón.
Esta práctica de prometer fidelidad a una ideología y después cambiar de partido con tal de asegurar un cargo público, no solo pone en entredicho la confianza ciudadana, sino que abre la pregunta: ¿los políticos buscan servir a la gente o solo a sus propios intereses?.
"Nosotros estamos convencidos que es una cuestión que se puede evitar, en esta propuesta de la nueva reforma electoral mucho nos gustaría que se implementara un programa de aseguramiento de la militancia, de cumplir con los propósitos, los principios" Agregó, Hernández Chacón.
Es previo a cada proceso electoral en donde queda al desnudo la ambición desmedida de quienes ven en la política un trampolín y no un compromiso con el pueblo.
"Lo que vemos es que brincan de partido en partido por garantía de tener un puesto de elección popular, por acceder al poder de inmediato, ahí sería conveniente un periodo de prueba, cinco, seis, diez años a ver si es cierto que vas a defender los principios" agregó el politólogo.