El Día de la Madre en México ha perpetuado por décadas la imagen de la madre abnegada y sacrificada. Esta visión tiene raíces históricas vinculadas a movimientos conservadores que buscaron contrarrestar las demandas feministas de los años 20.
En febrero de 1922, el movimiento feminista liderado por Esperanza Velázquez impulsó en Yucatán los derechos sexuales y reproductivos. Como respuesta, el periódico Excélsior publicó el 13 de abril de ese año una convocatoria para instaurar un día dedicado a las madres. La Iglesia apoyó esta iniciativa, reforzando el rol de la mujer como madre y cuidadora del hogar.
"Esta idea de que la mujer debe sacrificarlo todo, ser abnegada y sumisa, nos ha costado, por ejemplo, la salud mental. Genera estrés: 4 de cada 10 madres sufren depresión y ansiedad por esta carga de trabajo", afirmó Tania Díaz, socióloga e integrante de la Red de Mujeres de la Laguna.
Valeria Sánchez, psicóloga de la misma organización, añade: "No existe ese rol de la mamá superpoderosa que tiene que saber de todo y hacer de todo. ¡No caigan en esa trampa!".
Hoy, resignificar esta fecha implica analizar las condiciones reales de la maternidad en México:
"Como sociedad, debemos revisar estas estadísticas y recordar que la maternidad debe ser deseada. Hay que maternar desde la ternura, pero también desde la justicia", concluyó Díaz.