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30 de Junio del 2025
Cultura

El polvo blanco que cambió la historia y tu cocina

El polvo blanco que cambió la historia y tu cocina

Desde las paredes de tu casa hasta la masa de tus tortillas, la cal es un ingrediente silencioso que ha acompañado a la humanidad desde tiempos ancestrales



Se usa para desinfectar y neutralizar malos olores en corrales y sitios rurales, gracias a sus propiedades antibacterianas. Además, en varias comunidades, la cal ayuda a tratar el agua, eliminando impurezas y haciéndola más segura para el consumo.


Aunque hoy sigue siendo útil, su uso se remonta a civilizaciones mesoamericanas que dominaron esta tecnología ancestral.


En una charla que conecta ciencia, historia y cultura, el ingeniero químico e investigador José Barba Pingarrón recordó en la UNAM, la relevancia de la cal en las civilizaciones mesoamericanas, un material que fue mucho más que simple polvo blanco



¿Por qué la cal fue tan importante para las culturas antiguas?

La cal no solo era polvo blanco; era una herramienta fundamental en varios aspectos de la vida cotidiana y cultural:

  • Arquitectura: Se usaba en paredes, pisos, techos y acabados que, hasta hoy, sorprenden por su resistencia.

  • Pintura mural: Permitió decorar templos y edificios con obras que aún cuentan historias.

  • Almacenamiento: Se fabricaban depósitos para agua y granos, especialmente en la cultura maya.



Alimentación: La cal es clave en la preparación de masa para tortillas, tamales y otros platillos esenciales.



¿Cómo se obtiene y transforma la cal?

El proceso empieza con rocas calizas, sedimentos formados en el fondo del mar que llegan a la superficie por movimientos tectónicos. Para producir cal:

  • Se fragmentan las rocas en pedazos pequeños.

  • Se queman con leña para obtener "cal viva" (óxido de calcio), un material muy reactivo pero poco útil directamente.


Al mezclar la cal viva con agua, se crea la "cal apagada" (hidróxido de calcio), una pasta moldeable y versátil.


Tecnología ancestral que desafía el tiempo

El uso de la cal permitió a los mayas construir estructuras con ángulos imposibles de hasta 80 grados. En comparación, ciudades como Teotihuacan o Cholula tenían ángulos mucho menores (25-30 grados).


Sin la cal, esos edificios se habrían derrumbado. Además, en lugares como Palenque y Calakmul, la cal sirvió para crear mascarones, relieves, arcos y bóvedas que aún asombran por su belleza y técnica.



En Teotihuacan, se usó en millones de metros cuadrados de muros, pisos, techos, calles y plazas, logrando acabados finos a pesar de la ausencia natural del recurso en la región



Quizá el uso más revolucionario fue la nixtamalización: tratar el maíz con cal para facilitar la preparación de masa para tortillas, tamales y tostadas.

Este proceso permitió aprovechar mejor la energía y nutrientes del maíz, un aporte único de Mesoamérica al mundo.


Más allá de la antigüedad: un legado vivo

Durante la época colonial, la cal siguió siendo fundamental, combinándose con técnicas europeas para crear murales en iglesias y conventos. También se usó para impermeabilizar depósitos de agua y sistemas de almacenamiento y tuberías en sitios arqueológicos como Xochicalco.


Lo que parece un simple material revela una historia profunda que une geología, tecnología y vida cotidiana en Mesoamérica. Gracias a la cal, esas civilizaciones no solo construyeron y decoraron, sino que también alimentaron y conservaron a su gente con métodos que hoy siguen vigentes y fortalecen la identidad mexicana.



¿Te imaginas qué sería de nuestra cultura sin un ingrediente tan sencillo pero tan poderoso como la cal?





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