En niñas y niños la frustración afecta mental y emocionalmente, es un proceso que impacta en su desarrollo que puede ser negativo o positivo. De acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Salud los trastornos de salud mental incluyen la frustración, enojo o reacciones excesivas de irritabilidad.
Actualmente las niñas y niños son menos tolerantes a un "no" por respuesta o a no conseguir algún juguete, dulce o incluso algo más ostentoso.
"Y cuando este niño le pide a papá a la mamá algo se lo tienen que dar inmediatamente y si no se los dan es donde empieza ese capricho ese berrinche que lo quieren ya, lo quieren rápido esto ha hecho que estos niños no tengan esa capacidad de tener un poco de paciencia", así lo explica Cristina Bayardo Quezada, especialista en salud.
La frustración puede lograr que el niño sea capaz de enfrentar problemas y resolverlos, o bien aprender sobre la tolerancia y controlarla.
"Yo le cumplo de repente los caprichos a mi hijo y llega un momento que cuando le digo que no a algo sí me hace su berrinche, se frustra, se enoja, se molesta, inclusive se le rozan los ojos como queriendo llorar", señala una madre de familia.
En los casos negativos el menor puede llegar al punto de ejercer violencia, comportamientos destructivos o desafiantes, lo que afecta su círculo familiar como en el escolar, por lo que es necesario proceder a intervenciones de salud mental.
"Los médicos de primer nivel, los médicos familiares tenemos que detectar ese tipo de situaciones para poder ayudar al niño a su buen desarrollo psicomotor acorde con su edad".
Los trastornos mentales suelen ser más frecuentes entre niños y niñas mayores de 12 años, mientras que los de conducta aparecen en edades más tempranas.
"Tiene unas papitas favoritas y cuando no lo dejo que las coma sí se molesta y me hace el berrinche, entonces le digo no es que no puedes estar comiendo todos los días papitas".