Niños sin límites, adultos sin control

En la búsqueda de ser padres comprensivos o darles lo que no tuvimos, muchas veces se confunde el amor con la falta de límites. Sin embargo, educar sin reglas ni consecuencias puede generar adultos inseguros, frustrados y poco empáticos.

"Me gustaría recalcar que los límites no tienen que ver con ser autoritarios, ser groseros gritando, sino que tienen que ver con el respeto, pero sí con la firmeza que quiero un cambio, cambiar el tono de voz, cambiar la cara el semblante". Señaló la Psicóloga en Atención Infantil y Adolescentes, Karla Santacruz Ceballos.

Los primeros indicios de una crianza no asertiva se reflejan en berrinches y chantajes durante la infancia, que con el tiempo escalan a desobediencia, gritos, insultos y, en casos más graves, conductas agresivas hacia los padres o actos ilícitos.

"Conductas impulsivas, no me ponen límites llego a la hora que quiero, 3 o 4 de la mañana, a lo mejor llego en estado inconveniente, oliendo a tabaco, utilizando vapeadores, a lo mejor oliendo a marihuana, ojos rojos, estoy utilizando alguna sustancia estimulante como metanfetaminas, esas son algunas de las consecuencias de la impulsividad".  Mencionó el Coordinador Estatal de Salud Mental y Adicciones, Guillermo Blanco Govea.

La orientación de expertos en psicología infantil y familiar puede marcar la diferencia entre una relación basada en el respeto y una convivencia llena de conflictos. Buscar ayuda a tiempo siempre es la mejor opción.

"Hay cursos, nos podemos preparar, hay que tomar un curso de crianza positiva, entre más temprano mejor, tengo una niña o un niño de meses de nacido y tengo la fortuna de ser papá o mamá acércate a capacitarte, desde ahí puedes empezar a formar conciencia en el niño que hay límites y hay actividades que se pueden hacer y cosas que no se pueden ". Agregó Blanco Govea.