Doña Tere tiene más de 35 años trabajando en su ramada y reconoce que nunca había deseado tanto la llegada del periodo vacacional de Semana Santa, pues después de la contingencia por la Covid-19 que les dejó pérdidas a todos los ramaderos, espera que el arribo de turistas sea positivo y tengan buenas ventas.
"Yo tengo 8 años que el mar me tumba y año con año estoy invirtiendo, estoy levantando, levantando, pues es mi manera de trabajar, de vivir, de mantener a mi familia, verdad, entonces yo tengo que buscar las posibilidades de volverme a levantar para seguir trabajando".
A sus 75 años, Doña Tere destaca que todavía es el sostén de su familia, por lo que se preparó con anticipación en la compra de insumos, así como en preparar su ramada y ofrecer una buena atención a sus clientes.
"Mi mariscada es la especialidad de mi ramada, la mariscada" / "Bastante, esa la vendo muchísimo y la gente queda contenta" / "Vendo también desayunos, cosas sencillas, huevitos, chilaquiles, quesadillas"
Tras la pandemia, las ventas en las ramadas del Paraíso cayeron hasta en un 50% y sumado a eso, año tras año los restauranteros han sufrido los estragos de huracanes y tormentas que cruzan el Pacífico. Pese a ello, Doña Tere quiere que el turismo no deje de asistir a esta playa colimense.
"Tenemos una playa muy bonita, muy tranquila, especialmente para las familias. Los invito a que vengan, que ocupamos de, del apoyo de toda la gente para poder seguir levantándonos".