Por más que las autoridades implementen retenes, apliquen sanciones o impongan multas, el ruido excesivo de las motocicletas continúa siendo un problema en ciudades como Colima y Villa de Álvarez.
"El ruido de las motocicletas en cualquier lugar del país no deja de ser una contaminación y algo que causa momentáneamente enojo por donde van pasando y es que esta libertad que se han tomado las asociaciones de motociclistas pues parece impactar en las sociedad y también no se dan cuenta o no son tan sensibles y ponerse de acuerdo entre ellos mismos hasta dónde está permitido porque ellos lo deben de saber hay reglamentos en donde ellos deben conocer cuáles son los decibeles del ruido que está permitido por la ley que pueda producir una motocicleta; sin embargo esto pareciera ser que genera cierta antipatía entre motociclistas y sociedad. Y últimamente se han escuchado más quejas de la sociedad por donde van pasando ya sea un grupo en una rodada o en motocicletas solitarias, pero aquí es muy importante por un lado tomar conciencia por parte de las asociaciones de motociclistas y de las personas que tengan una motocicleta que el ruido es contaminación".
"Y por otro lado, la autoridad en este caso de movilidad, pues debe de poner más énfasis en cuidar, sancionar, pero sobre todo prevenir campañas o políticas en todo el estado para establecer como regla que las organizaciones de motociclistas pero también a los propietarios sepan que esto es contaminación y que es violentar el derecho humano a la ciudad de todas las personas. Entonces he visto esfuerzos que hacen poniendo retenes, sancionando, incluso poniendo multas que van desde los mil hasta los dos mil pesos ya sea en Colima o Villa de Álvarez, pero hasta este momento no ha sido la solución, quiere decir que el problema subsiste".