Para muchos colimenses, la llegada de la Feria de Todos los Santos implica un gasto extra. Ante la falta de liquidez, una práctica que se repite año con año es acudir a las casas de empeño para dejar relojes, celulares, joyería u objetos de valor a cambio de dinero rápido para poder asistir a los juegos, conciertos o antojitos.
"si no tenemos dinero vamos a ir a empeñar las cosas al Monte de Piedad, incluso, hasta en broma decimos, si no tengo dinero voy y empeño, lo primero es que si sabemos que viene la feria y vamos a gastar, debemos prepararnos, de nuestros ingresos una parte de ellos debemos utilizarlo para este esparcimiento". Señaló el Asesor Jurídico de Víctimas, Ángel Durán Pérez.
Para muchos, acudir a la feria; consumir alimentos, pagar juegos mecánicos o comprar recuerdos se considera una tradición irrenunciable, incluso cuando las finanzas del hogar no lo permiten, sin embargo, especialistas advierten que esta práctica, aunque aparentemente inofensiva por ser temporal, puede desencadenar pérdidas económicas significativas, ya que l a mayoría de los contratos de empeño incluyen intereses elevados y plazos cortos.
"Debemos estar conscientes que nos van a evaluar el objeto que llevemos y nos van a prestar menos de la cantidad de lo que vale y, también, debemos ser muy cuidadosos porque estás firmando que en caso que no pagues a tiempo, esos objetos se pierden". Agregó Durán Pérez.
Además del impacto financiero, expertos señalan que este patrón refuerza una cultura de gasto impulsivo estacional, donde la presión social "no ir a la feria no es opción" pesa más que la estabilidad económica del hogar.
Por ello, advierten que, aunque empeñar para afrontar emergencias de salud o educación puede justificarse, hacerlo para cubrir entretenimiento deja a las familias más vulnerables ante gastos imprevistos posteriores.