Para el señor Luis Blanco Tintos, propietario de Abarrotes Don Alfonso, el auge de las tiendas de conveniencia en la zona conurbada no le ha afectado en su actividad comercial, pues asegura que el servicio que presta está dirigido principalmente a los habitantes de su barrio o colonia y además, los productos que vende son más baratos que en dichos comercios.
"Aquí a las 6:30 ya me está esperando el panadero, lo recibo el pan, ya traigo yo el bolillo y, este, a las 8 de la mañana ya casi no tengo pan, ni bolillo". / "Es como todo verdad, hay veces que nos va muy bien, hay veces que nos va más o menos y hay veces que nos va mal. Hay veces que se nos juntan los pagos, por ejemplo a mí la renta, la luz".
Con casi 20 años dedicándose al comercio en la esquina de las calles Díaz Mirón y Medellín del barrio La Florida, en el centro de Colima, Don Luis comparte que en comparación con las tiendas de conveniencia, en su negocio se ofrece un servicio directo y de confianza con los vecinos.
"Desde que inicié, ya comenzaron a venir a comprar, sí. La ventaja también de nosotros es de fiar en ocasiones, cosa que no lo hacen en los oxos ni en el kiosko. Oiga me presta el envase, ora pues, te lo encargo, ve al oxo, no te lo hacen".
Don Luis admite que no ha sido fácil y han existido etapas económicas difíciles, como la que se vive actualmente en el estado, pues la falta de pago a la burocracia y maestros sí les ha repercutido a los tenderos, además de la contingencia por la Covid-19.
"Anteriormente vendíamos más refresco, vendíamos, por qué no, más cerveza, más productos de primera necesidad; ahora se limitan un poco más, se guardan un poco más".