Culiacán honra a sus difuntos con color, tradición y memoria

En el corazón de la capital sinaloense, el Panteón Civil Municipal se convirtió este Día de Muertos en un mosaico de flores, recuerdos y emociones compartidas.

Familias enteras acudieron desde temprano para rendir homenaje a sus seres queridos, transformando el espacio en un espacio de celebración, reflexión y profunda conexión cultural.

Lo que antes era un lugar de silencio se llenó de risas, música y colores. Algunos mausoleos fueron decorados con globos multicolores y piñatas, evocando cumpleaños o momentos felices compartidos con los fallecidos.

En una tumba, los azulejos de la tradicional lotería mexicana ?con figuras como La Sirena, El Catrín y La Luna? narraban una historia visual de identidad y cariño, convirtiendo el recuerdo en arte popular.

Los puestos de flores en las afueras del panteón ofrecían arreglos vibrantes: gerberas, lirios, margaritas y gladiolas en tonos intensos. Las familias elegían cuidadosamente cada ramo, sabiendo que cada flor representa un mensaje: respeto, nostalgia, gratitud. Los vendedores, muchos de ellos locales, compartían anécdotas mientras preparaban los arreglos, convirtiendo la compra en un acto de comunidad.

Niños, jóvenes y adultos participaron en la jornada. Algunos se sentaron junto a las tumbas, leyendo cartas o simplemente acompañando en silencio. Otros compartieron alimentos, contaron historias o colocaron fotografías.

La presencia de cruces, imágenes religiosas y estatuas de santos reafirmó la dimensión espiritual del evento, donde la fe y la memoria se entrelazan.

La entrada del Panteón Civil fue testigo de un flujo constante de visitantes. Bajo el arco blanco con letras negras, se cruzaban generaciones que, año tras año, mantienen viva una tradición profundamente mexicana.

El Día de Muertos en Culiacán no es solo una fecha en el calendario: es una afirmación de que el amor trasciende la muerte.