En los últimos días, la situación en Palestina ha escalado aún más con un grave incidente ocurrido en Jerusalén Oriental, donde fuerzas de seguridad israelíes ingresaron por la fuerza en tres escuelas gestionadas por la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA)
Durante el ataque, más de 550 niños y niñas palestinas, algunos tan pequeños como seis años, fueron obligados a abandonar sus aulas mientras las clases seguían en sesión.
Esta acción, que tuvo lugar en el campo de refugiados de Shu'fat, ha sido calificada por la UNRWA como una violación directa del derecho de los niños a la educación y a la seguridad.
La agencia denuncia que el personal fuertemente armado irrumpió en las escuelas y forzó su cierre, lo que impidió que los niños pudieran continuar con su formación.
Un miembro del personal de la UNRWA fue detenido y, como medida de precaución, todas las escuelas de la agencia en Jerusalén Oriental fueron evacuadas
El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, expresó su condena por lo ocurrido, enfatizando que la acción de las autoridades israelíes no solo viola los derechos de los niños, sino que también niega su acceso a un derecho básico: la educación.
Lazzarini pidió a la comunidad internacional que defienda el mandato de la UNRWA y garantice que las escuelas permanezcan abiertas para proteger a las futuras generaciones.
A este drama se suma la grave crisis humanitaria en Gaza. La escasez de agua y problemas de saneamiento se han intensificado debido al bloqueo de ayuda y la destrucción de infraestructura básica.
Más de tres cuartas partes de los hogares en Gaza informan de un acceso limitado al agua, mientras que la dependencia de fuentes privadas ha aumentado.
La falta de combustible y los daños a las instalaciones esenciales, como la planta desalinizadora, empeoran aún más la situación
Este panorama de violencia y sufrimiento humano plantea preguntas urgentes sobre la responsabilidad de las naciones en proteger los derechos fundamentales de los niños y de garantizar el acceso a condiciones mínimas de vida.