En Durango, abortar no solo representa un procedimiento médico, sino un proceso que puede derivar en consecuencias legales, sociales y de salud. La legislación local aún penaliza la interrupción voluntaria del embarazo, lo que coloca a las mujeres en un escenario de incertidumbre legal y médica.
En México, se calcula que entre 750 mil y un millón de abortos ocurren cada año fuera del sistema formal de salud. De estos, el 36?% registra complicaciones médicas como infecciones o hemorragias. Además, más del 7?% de las muertes maternas están relacionadas con abortos inseguros. También hay registros de mujeres que enfrentan procesos legales incluso por abortos espontáneos.
Aunque desde enero de 2025 el ISSSTE recibió la instrucción federal de ofrecer el servicio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE), en Durango este procedimiento no ha sido implementado. El marco legal vigente impide que se preste este servicio de manera regular, ya que la ley local aún considera delito la interrupción voluntaria del embarazo, salvo en causales específicas.
Vivir un aborto, ya sea voluntario o espontáneo, puede tener implicaciones físicas y emocionales. Algunas mujeres presentan episodios de ansiedad o síntomas relacionados con estrés postraumático. El impacto varía según el contexto, la red de apoyo y el acceso a atención médica y psicológica.
En el estado, los servicios de salud pública ofrecen una atención limitada en estos casos. No existen protocolos estandarizados para acompañar el proceso ni para dar seguimiento emocional a las pacientes. Organizaciones civiles han solicitado revisar el marco normativo para evitar criminalizar a quienes enfrentan este tipo de situaciones.
Mientras no haya una actualización legislativa, las mujeres en Durango continúan sin acceso efectivo a un procedimiento seguro y sin riesgo de consecuencias legales.
El aborto en Durango sigue siendo un tema de salud pública que se aborda más desde lo legal que desde lo humano. Mientras no se garantice atención médica segura ni se elimine la criminalización, cientos de mujeres continuarán enfrentando riesgos físicos y emocionales en silencio.