La ilusión de un ingreso extra ya ronda la mente de miles de hogares duranguenses, mientras el aguinaldo se perfila como la esperada inyección económica para cerrar un año marcado por la estrechez. Sin embargo, este bono festivo no pinta el mismo panorama para todos: para algunos será sinónimo de cena navideña y regalos, mientras que para otros representa el único sustento para sobrevivir a un diciembre crudo.
Ciudadanos como Josefina ya tienen claros sus planes para el tan esperado recurso. Para ella, prioridad absoluta es destinar el dinero a la cena de Navidad, asegurando que la tradición y la reunión familiar no se vean opacadas por la falta de recursos. Su caso refleja el de miles de familias que ven en este pago la oportunidad de sostener los festejos y cumplir con las expectativas sociales y afectivas de la temporada.
En el otro extremo del espectro económico se encuentran personas como Dominga, para quienes diciembre no trae bonificaciones, sino angustia. Quienes, por cuestiones de salud o desempleo, no reciben sueldo ni aguinaldo, deben enfrentar la temporada más cara del año, dependiendo únicamente de magros apoyos sociales. Para Dominga, cada peso es estratégico: su aguinaldo, si llega, no se destinará a festejos, sino a la compra de medicamentos esenciales y a la compra básica de alimentos, haciendo un ejercicio de máximo rendimiento para que el recurso alcance.
Esta dualidad define la temporada en Durango. Mientras un sector de la población se pregunta en qué gastará el extra, otro sector más vulnerable se cuestiona cómo hará para que el único ingreso del mes cubra necesidades básicas de supervivencia, como la medicina y la comida, dejando de lado cualquier celebración.
La llegada del aguinaldo, por lo tanto, no es un evento homogéneo. Actúa como un revelador social que expone las profundas desigualdades económicas. Para muchos, es un alivio que permite la festividad; para otros, es un recordatorio amargo de su precariedad, convirtiendo la llamada "época de dar" en un período de tensión y cálculo minucioso para llegar, simplemente, a enero.