La región de Las Quebradas, en Durango, ha dejado de recibir atención médica itinerante desde hace cinco meses, advirtió el diputado local Héctor Herrera Núñez. La suspensión de las caravanas de salud ha generado interrupciones en el seguimiento de tratamientos para pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, así como retrasos en la aplicación de vacunas y en la entrega de medicamentos.
El legislador señaló que municipios como Topia, Canelas y Otáez han quedado sin este servicio, cuya función era garantizar atención básica a comunidades que carecen de médicos permanentes. Herrera Núñez destacó que las caravanas representaban, hasta hace poco, el único medio para que los habitantes de estas localidades accedieran a atención médica especializada y medicamentos esenciales.
Según el diputado, la razón oficial para la suspensión de las unidades móviles es la falta de recursos; sin embargo, esto resulta contradictorio, ya que para este año se aprobó presupuesto específico destinado a su operación. "Es preocupante que se deje sin atención a poblaciones que dependen exclusivamente de estas brigadas médicas, especialmente cuando el presupuesto ya estaba destinado para cubrir estos gastos", comentó.
Herrera Núñez insistió en que la falta de visitas afecta directamente la salud de los habitantes, particularmente de personas con enfermedades crónicas que requieren control constante y medicación oportuna. La suspensión también retrasa programas preventivos, como vacunación infantil y campañas de detección temprana, lo que puede incrementar riesgos de contagios y complicaciones en enfermedades existentes.
El legislador hizo un llamado a las autoridades de los sectores de salud estatal y federal para reactivar las caravanas y garantizar la continuidad de los servicios médicos en estas comunidades. Subrayó la necesidad de revisar la asignación y el uso de recursos públicos para que las unidades móviles cumplan con su objetivo y no se interrumpa la atención a la población más vulnerable.
La situación en Las Quebradas evidencia la brecha de acceso a servicios de salud en zonas rurales de Durango y plantea un desafío urgente para las autoridades, quienes deben garantizar la cobertura de atención médica y medicamentos esenciales en municipios con infraestructura limitada.