El consumo de alcohol entre adolescentes y jóvenes representa un desafío creciente para la salud pública y la prevención social. De acuerdo con el diagnóstico estatal 2024-2030, en la entidad el 34 % de los jóvenes reportó consumo de alcohol en el último mes. Asimismo, un informe del Instituto Duranguense de la Juventud señala que en los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones (CECOSAMA) el 32 % de los adolescentes atendidos inició consumo con alcohol. El problema es aún más relevante si se considera que la atención de adicciones ha registrado que los adolescentes representan el 36 % de los usuarios del sistema especializado en la entidad.
Estos datos oficiales reflejan que Durango se encuentra por encima del promedio nacional en consumo inmoderado de alcohol: según la fuente, uno de cada cinco personas en Durango consume alcohol de forma inmoderada, por encima de la media nacional. Además, aunque el fenómeno no se limita únicamente a menores de edad, el inicio del consumo en adolescentes representa un factor de riesgo para el desarrollo de patrones de abuso o dependencia en etapas posteriores.
Ante este panorama, la entidad cuenta con la Ley de Prevención y Asistencia para la Atención de las Adicciones del Estado de Durango, que establece los marcos legales para la prevención, coordinación institucional y atención de adicciones. Sin embargo, la necesidad de fortalecer las estrategias escolares, familiares y comunitarias se vuelve imperativa para revertir la tendencia.