El precio del pollo registró un aumento considerable en la primera quincena de mayo, impulsado principalmente por el brote de gripe aviar en Brasil, uno de los principales países exportadores. Este incremento afectó de forma directa el bolsillo de los consumidores mexicanos, al tratarse de una de las proteínas más consumidas en el país.
En Durango, los precios varían según el tipo de corte y el establecimiento. La pechuga sin hueso ha alcanzado precios de hasta 199 pesos por kilo, mientras que otros cortes como pierna y muslo se mantienen entre los 37 y 45 pesos. En general, el pollo se ofrece actualmente en un rango de 90 a 180 pesos por kilo, dependiendo del punto de venta y del tipo de presentación.
El pollo subió cerca del 9% solo en los primeros 15 días de mayo. Este ajuste se suma al encarecimiento sostenido que ha tenido la carne de res en el último año, presionada por el resurgimiento del gusano barrenador, lo que reduce aún más las alternativas económicas para la compra de proteína animal.
El encarecimiento del pollo representa un golpe directo al presupuesto de los hogares, especialmente de aquellos con ingresos limitados, donde esta carne es una opción frecuente por su precio accesible frente a otras proteínas. Con el alza reciente y la falta de opciones económicas, muchas familias se ven obligadas a reducir su consumo o buscar alternativas menos nutritivas para completar sus comidas.