En los últimos meses, el número de personas en situación de calle en Durango ha incrementado significativamente, alcanzando aproximadamente 160 indigentes. Esta situación ha generado inquietud entre los ciudadanos, quienes aseguran sentirse inseguros debido al comportamiento errático de algunos de estos individuos. En varias zonas de la ciudad, los indigentes se han vuelto una presencia constante, lo que ha elevado los niveles de tensión y desconfianza en la comunidad.
Recientemente, se presentó un caso alarmante en el que un indigente trató de acercarse a una niña de 7 años en la vía pública. Según el testimonio de la menor, el hombre se aproximó a ella, pero logró escapar tras gritar pidiendo ayuda. El indigente, por su parte, afirmó que solo intentaba saludarla. Sin embargo, este incidente ha dejado una fuerte sensación de inseguridad entre los habitantes, quienes temen que este tipo de situaciones se repitan.
La presencia de personas en situación de calle también ha provocado que algunos se metan en casas abandonadas o recorran las calles en busca de oportunidades para cometer delitos. "Ya no es raro ver a alguien merodeando por los barrios, se meten en casas vacías o andan dando rondines. La verdad, la gente ya no se siente tranquila", comentó un vecino de la zona centro.
El aumento de indigentes y la violencia asociada a algunos de ellos ha puesto en alerta a las autoridades y a la sociedad en general. Los ciudadanos piden más acciones de apoyo a esta población vulnerable, pero también exigen medidas para garantizar la seguridad pública. Mientras tanto, la preocupación persiste y la situación sigue siendo un reto para la ciudad.