Avenida Luna se vuelve pista nocturna; vecinos exigen topes y vigilancia.
Denuncia

Avenida Luna se vuelve pista nocturna; vecinos exigen topes y vigilancia.

Por: Luis Carlos Bruciaga
Durango
Fecha: 17-11-2025

Una pista de alta velocidad improvisada se ha instalado por las noches en la avenida Luna, donde el exceso de velocidad de motocicletas y automóviles siembra el miedo entre los residentes de los fraccionamientos Puertas del Sol y Los Duraznos. La falta de controles viales y la ausencia de autoridad han convertido esta vialidad conectora en un corredor de riesgo para peatones y vecinos.

El problema se agudiza durante la noche, cuando varios conductores aprovechan la amplitud de la avenida y la falta de elementos disuasorios para circular a velocidades peligrosas sin razón aparente. Esta situación representa una amenaza constante para los habitantes de la zona, entre los que se encuentra una población vulnerable de adultos mayores y niños, quienes temen por su seguridad al cruzar la calle o incluso al transitar por las banquetas.

Ante la inminente posibilidad de una tragedia, los vecinos han elevado su voz de protesta. Su principal petición es clara y concreta: la instalación inmediata de topes o reductores de velocidad a lo largo de la avenida Luna. Argumentan que estas medidas físicas son la única forma efectiva de obligar a los conductores a reducir la velocidad y, con ello, prevenir un accidente de consecuencias graves.

Complementariamente, los residentes exigen una mayor presencia de la Policía Municipal en el sector. Solicitan rondines de vigilancia regulares, especialmente durante las horas nocturnas, que sirvan para inhibir las conductas temerarias y sancionar a quienes convierten la vía pública en su pista personal de carreras.

La avenida Luna se ha transformado así en un ejemplo más de la desconexión entre las necesidades urgentes de la comunidad y la respuesta de las autoridades. Cada noche que pasa sin topes y sin policías es una noche donde el riesgo y la impunidad corren a toda velocidad, mientras las familias esperan, con esperanza menguante, que su llamado sea escuchado antes de que el sonido de un motor termine en el estruendo de una tragedia evitable.


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