A menos de un mes de haber sido repavimentada, la calle Avenida Camino Real, en su cruce con Conde de Zambrano, ya presenta daños considerables que han generado molestia entre vecinos y automovilistas. Lo que comenzó como una pequeña deformación en el asfalto se ha convertido en un bache de dimensiones notables, al que algunos colonos ya se refieren como un "cráter", debido a su profundidad y al riesgo que representa para quienes circulan por la zona.
Este tramo, ubicado al norte de la ciudad, forma parte de una vialidad con alta carga vehicular, utilizada a diario por decenas de conductores que transitan entre fraccionamientos y zonas comerciales. El pavimento fue intervenido recientemente como parte de un programa municipal de rehabilitación de calles, sin embargo, el aparente deterioro prematuro ha despertado dudas sobre la calidad de los materiales utilizados y la supervisión de la obra.
"Es increíble que en tan poco tiempo ya se haya dañado. Parece que solo le echaron una capa encima, sin compactar bien. Aquí los carros pasan rápido y ya varios han tenido que esquivarlo de golpe para no dañar las llantas", comentó uno de los residentes de la zona.
Además de los daños al pavimento, vecinos señalan que no se ha colocado señalización preventiva, lo que incrementa el riesgo de accidentes, especialmente por la noche o en condiciones de lluvia.
La situación pone en entredicho la eficiencia de algunas obras públicas y refuerza una percepción de desconfianza ciudadana respecto al manejo de recursos y a la supervisión técnica de los trabajos. Los colonos ya han solicitado a las autoridades municipales que se revisen las condiciones de la obra y se hagan responsables los contratistas involucrados.
Mientras tanto, el bache permanece abierto, creciendo con el paso de los vehículos y convirtiéndose en un nuevo símbolo de la mala planeación urbana en Durango.