Camioneta fantasma choca a familia en Río Grande y huye

Una familia completa sufrió un grave accidente de tránsito mientras circulaba por el bulevar Río Grande con dirección a la carretera Durango-México, luego de ser impactada por una camioneta en condiciones irregulares que huyó del lugar. El suceso, que por fortuna no dejó lesionados físicos de consideración, sí generó una fuerte crisis nerviosa entre los ocupantes del vehículo afectado, incluyendo al menos tres menores de edad, y evidenció, una vez más, el peligro que representan los conductores temerarios y los automóviles sin identificación plena, comúnmente conocidos como fantasmas, para la seguridad vial.

Los involucrados directos en este percance fueron los miembros de una familia que viajaba en su vehículo particular, la cual incluye a varios adultos y al menos tres niños, quienes experimentaron un momento de terror y resultaron con daños emocionales a causa del impacto y la posterior huida del responsable. Por otro lado, se encuentra el conductor de una camioneta blanca, quien al no contar con placas de identificación y darse a la fuga, se convirtió en el sujeto activo de una falta grave que combina presuntas infracciones administrativas con un delito de evasión de responsabilidad.

La forma en que se desarrollaron los hechos fue la siguiente: la familia circulaba con normalidad por la vialidad cuando fue alcanzada por la camioneta blanca, la cual se desplazaba a exceso de velocidad. El conductor de este vehículo intentó rebasar de manera forzosa y, al no lograrlo, impactó el costado izquierdo del automóvil familiar. Esta colisión provocó que el auto con la familia a bordo saliera de la carpeta asfáltica y terminara estrellándose contra una cerca de delimitación. El conductor responsable, lejos de detenerse para auxiliar a las víctimas y asumir su responsabilidad, aprovechó la falta de identificación de su unidad y huyó del sitio, dejando a la familia en un estado de vulnerabilidad total.

El momento del impacto ocurrió durante el trayecto familiar, en pleno día o noche dependiendo de la hora del suceso, transformando un viaje rutinario en una experiencia traumática. El hecho de que el conductor haya huido inmediatamente después del choque agrega una capa de impunidad al incidente, que quedó registrado únicamente en el testimonio de las víctimas y en los daños materiales del vehículo.

El lugar exacto del accidente fue el bulevar Río Grande, una vialidad importante que conecta con la carretera Durango-México. Este punto, al ser una avenida de acceso a una carretera federal, suele tener un flujo vehicular considerable y altas velocidades, lo que hace aún más grave la conducta del conductor de la camioneta fantasma. La escena del accidente quedó marcada por el vehículo familiar destrozado contra la cerca, una imagen que refleja las consecuencias de la imprudencia y la falta de vigilancia efectiva para disuadir la circulación de automotores sin placas, un problema de seguridad pública que pone en riesgo a todos los usuarios de las calles y carreteras de Durango.