Chupaderos, antiguo set de cine en Durango, hoy en abandono

El poblado de Chupaderos, uno de los escenarios más emblemáticos de la industria cinematográfica en Durango, atraviesa un deterioro evidente. En este sitio, ubicado a 20 minutos de la capital, se filmaron producciones que en su momento proyectaron al estado como escenario de referencia para el género Western y atrajeron a directores y actores de talla internacional. Hoy, el lugar refleja abandono y falta de mantenimiento.

Al recorrer la avenida Rodolfo de Anda, acceso principal al poblado, se observan señales tiradas y estructuras dañadas que alguna vez recibieron a las producciones. Las edificaciones, que en el pasado sirvieron como escenografía de cintas extranjeras y nacionales, muestran desgaste y modificaciones que han alterado su carácter original.

En la zona incluso se han levantado viviendas de pobladores, lo que ha transformado el aspecto del que fuera considerado un "pueblo de película". Los vestigios del auge cinematográfico se mezclan ahora con construcciones particulares, sin un plan de conservación que rescate el valor histórico del sitio.

Chupaderos llegó a ser un punto estratégico para la industria fílmica internacional en la segunda mitad del siglo XX. Productores de Hollywood encontraron en el paisaje desértico, la arquitectura del set y la cercanía con la capital condiciones ideales para filmar historias del Viejo Oeste. Su nombre quedó asociado a la etapa dorada de Durango como destino cinematográfico.

Sin embargo, la falta de inversión en mantenimiento, la ausencia de un programa de rescate cultural y el desinterés oficial han convertido al poblado en un espacio poco atractivo para visitantes y sin capacidad de retomar su papel dentro del turismo fílmico.

Vecinos señalan que, pese al valor histórico de las construcciones, no existen proyectos activos para rehabilitarlas ni programas que detengan el deterioro. Algunos consideran que la zona podría recuperarse como atractivo cultural y turístico si existiera coordinación entre autoridades y comunidad.

Por ahora, Chupaderos se mantiene como un recuerdo del esplendor que alguna vez tuvo Durango en la industria del cine, pero sin acciones concretas que aseguren su preservación para las próximas generaciones.